28º día de desconfinamiento.
Pablo. Querido Pablo, siento tener que decirte que deberías dimitir como vicepresidente
del gobierno. Es triste tener que llegar a pedirte esto, siendo el líder de un
partido tan necesario para que las políticas progresistas y de izquierda se abran paso en el país. Te lo pido, porque
últimamente la estabilidad del gobierno se encuentra amenazada por tus salidas
de tono y ansia por querer figurar más de la cuenta. Entiendo que quieras que
se visualice tu Partido en el gobierno, pero podías fijarte en la excelente
labor de la Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y arrinconar las bravuconadas o
salidas de tono que sueles regalar a tus incondicionales, pero que tanto daño
hacen a la labor del ejecutivo.
Es cierto que debes estar dolido
por los ataques constantes que la derecha hace sobre tu persona y familia.
Cualquiera lo estaría. Pero a un político de tu nivel se le debe exigir un poco de contención, seny, que dicen los catalanes,
para no entrar en su juego de crispación, que solo les beneficia a ellos. No
solo eso, la mesura es una medida que siempre debe respetarse; decía Voltaire
que el secreto de no hacerse fastidioso consiste en saber cuando detenerse. Y tú,
últimamente has roto los frenos. No voy a enumerar aquí la munición que les has
dado a la oposición en las últimas semanas, la conoces tú de sobra.
Lo que me ha llevado a escribir
esta carta ha sido tu intervención de ayer en la Comisión de Reconstrucción.
Vale, que el otro día llamaras marquesa a la ínclita portavoz del PP en el
Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, de una forma despectiva, tratando de ofender.
Realmente nos importa un bledo si esa señora es marquesa, duquesa o baronesa. Lo
que la convierte en una persona tóxica para la democracia y la mayoría de los
españoles, es su manera de pensar en la desigualdad como un fenómeno natural y
su desprecio hacía los que no piensan como ella. Su intervención contra tu
familia la delata y nos da la idea de la catadura política y humana que tiene.
Pero tú no debes caer en ese
juego, y ayer, una vez más, te dejaste llevar por la incontinencia verbal que
no se le espera a un vicepresidente del gobierno. Lo que le dijiste al diputado
de Vox lo pensamos muchos, lo escribimos en nuestros artículos y expresamos en
foros, pero tú debes guardar las formas, porque cuando no lo haces pones en
evidencia al gobierno y nos dejas sin argumentos a los demás.
Estos días se está hablando mucho
de la crispación política, una crispación fomentada por la derecha, como último
recurso para derrocar al gobierno. Todos tenemos claro que son el PP, Vox y sus
medios los que la alientan. Es paradigmático que en el Ayuntamiento de Madrid, no
exista crispación porque la oposición está teniendo un comportamiento exquisitamente
democrático. Sin embargo, tú ayer has tirado por tierra todos los argumentos
que señalaban a la derecha como única responsable de la crispación política. Al
ponerte a su altura de discurso irrespetuoso y poco inteligente, ya no es solo
la derecha la que alimenta la crispación, y así lo van a airear a los cuatro vientos,
ya lo están haciendo, en un momento de suma delicadeza para el gobierno. Creo
que no eres consciente de la responsabilidad que has adquirido al ser
vicepresidente.
Fíjate hasta que punto llega, que
hoy, que deberíamos estar celebrando la aprobación en Consejo de Ministros/as
el Ingreso Mínimo Vital, algo por lo que la izquierda lleva años peleando, tu
desatino verbal de ayer, lo ha difuminado y empequeñecido, que es justo lo que
la derecha pretende: que nada de lo que está haciendo el gobierno para mejorar la
vida de los españoles adquiera la categoría de buena gobernabilidad.
Perdona que utilice una expresión
muy burda, pero ayer la has cagado y mucho, sin medir las consecuencias de tus
actos. Por eso, creo que deberías dimitir, que tu lugar lo ocupe otra persona
de tu Partido más preparada para la vida institucional. Porque los avances
sociales, y esto tú lo sabes mejor que yo, no se consiguen solo en las barricadas,
sino también desde el gobierno, y para ello es imprescindible que no haya en su
interior ningún dinamitero, que de sembrar de minas la acción del gobierno ya
se encarga la oposición.
Por lo demás, sigo pensando que
fuera del gobierno eres una persona necesaria para la izquierda del país.
Buen desconfinamiento.
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