martes, 25 de junio de 2013

novienvre


Escrito por González de la Cuesta

LITERATURA. Es el único adjetivo que se me ocurre para calificar la nueva novela de Luis Rodríguez “novienvre”. Literatura con todas sus letras y en mayúscula, para un texto que trasciende lo puramente novelesco, para adentrarnos en un terreno en el que lo anecdótico es la historia que Luis Rodríguez nos cuenta, porque brilla con luz propia su capacidad para transmitirnos ideas y un concepto de la escritura que raya la magistratura de la insubordinación intelectual y gramatical. Porque en “novienvre” encontramos un ejercicio de concisión mental que no deja lugar a la interpretación subliminal de la palabra escrita, ni a ningún rodeo semántico; no hay, ni siquiera, espacio para la subordinación gramatical, mediante la encadenamiento de oraciones que se subordinan en explicaciones innecesarias de lo que se quiere decir. Lo dicho se escribe con tal rotundidad, que a veces pude herir alguna sensibilidad. Una crudeza que ya se pudo leer en su anterior novela “La soledad del cometa”, que ahora, si es cierto que se suaviza en beneficio de una historia mejor construida y muy bien narrada, no deja de tirar para atrás a las mentes bien pensantes y algunas de las políticamente incorrectas. Y aquí está la gracia de esta maravillosa novela, que no por breve desmerece su calidad, al contrario, es tanta la que tiene que una dosis mayor acabaría dopándonos a una adicción de la que sería difícil desengancharse. La gracia reside en que una literatura tan políticamente incorrecta esté tan pegada a la realidad, que nos duele al situarnos ante el espejo de nuestra hipocresía intelectual. Todavía más cuando sus personajes nos resultan tan cercanos y familiares, que podríamos ser cualquiera de nosotros. De hecho somos cualquiera de nosotros al otro lado del espejo. No es gratuito que el personaje principal se llame Luis Rodríguez, igual que el autor, y que el narrador sea un híbrido entre ambos seres, el real y el ficticio. Porque aun ignorando cuánto de autobiográfico tiene la novela, los tres están íntimamente ligados en una simbiosis que les hace entender la vida de la misma manera, con esa mirada que todo lo disecciona y lo reduce a esencia mordaz, de quien hace lo que hace sin remordimientos morales. Lo que no significa que personaje, narrador y autor, sean seres amorales, que viven en un mundo de libertinaje e indecencia. Simplemente que el libre albedrío está condicionado por la irremediable huella del destino que cada uno transita, y así se acepta sin necesidad de remordimiento. La lectura de “Novienvre” no deja indiferente, pues detrás de una espléndida literatura, se esconde la irreverencia de la palabra frente a la mojigatería de la sociedad actual. LITERATURA.

martes, 11 de junio de 2013

EL AMOR A DESHORA

             
  Antonio Arbeloa es un hombre de la cultura, también de gran cultura, que ya ha publicado varios libros de poesía, ensayos y obras teatrales, además de ser el director del programa cultural de Televisión de Castellón“Página en blanco”. Era irremediable, por tanto, que se decidiera a escribir una novela, y entrar en ese mundo fantástico en el que las palabras construyen historias, que nos transportan por lugares ignotos de nuestra imaginación, en donde la vida sucede de una manera ajena a nuestra realidad, convirtiéndonos en espectadores, a veces cómplices, de acontecimientos y personajes con los que empatizamos, amamos, odiamos y nos emocionamos.
                Es en ese fabuloso mundo de la novela donde Antonio Arbeloa ha entrado sin miedos ni contemplaciones de novelista primerizo, con una novela, “El amor de deshora”, bien armada, que sigue una estructura in crescendo hacia la resolución final; escrita con una prosa cuidada y de lectura ágil. En torno a una trama de novela policiaca, en la que unos asesinos, que actúan movidos por un honor muy primario, ponen en jaque a la policía de España e Italia, va desgranado, magistralmente, como influye el amor en la vida de los personajes, que transitan por la novela marcados por amores eternos, inquebrantables, de esos que se instalan a primera vista en el corazón y ya no vuelven a desocuparlo jamás; y amores que llegan inesperadamente, a deshora, cuando ya a la vida sólo se le pide el olvido de pasiones pasadas, o que la rutina del actual no se haga insoportable.
                Es, por tanto, “El amor a deshora” una novela coral, en la que los personajes se van moviendo, sabiamente, de la mano de Antonio Arbeloa por distintas ciudades europeas entre el crimen ,el honor, el amor y el desamor, cada uno con su historia acuestas, con la vida que les ha tocado vivir, para lo bueno y para lo malo. Personajes que no creen en la salvación por sus actos, sino que transitan por la vida con las cartas de su destino ya echadas, intentando jugarlas lo mejor posible. Una lectura que no defrauda y mantiene el impulso de seguir leyendo, sin cansancio, trufada de un enorme despliegue de referencias culturales.

                

sábado, 1 de junio de 2013

ÁNGEL

Poema de Amelia Díaz Benlliure

Eres bello
pluma de ángel erguido
baile de laurel y máscara
ya vencedor

ojeas con mirada nueva
los cuerpos oscuros de las ninfas
que merodean bulliciosas
tu desnudez

eres bello
ojos-flecha penetrantes
verbo-azul desembocado
bosque-fuego en precipicio
arrasando la maleza que parasita la luz

ese no saber de bambalinas
donde se esconden los huesos
y los fantasmas sin brazos
ya no pueden atrapar
tus palabras de follaje

y tú
ángel-efigie de mármol cálido
rostro-grito que abre el mar

cantas por encima de todas las olas.

La vivienda, un derecho olvidado

  Ruido. Demasiado ruido en la política española, que sólo sirve para salvar el culo de algunos dirigentes políticos, que prometieron la lun...