sábado, 23 de mayo de 2020

22º día de desconfinamiento. Charcos


22º día de desconfinamiento. Charcos. Este gobierno, parece que ha nacido con las botas katiuskas puestas. Cuando no se mete en un charco se mete en otro, y al final se le empaparán los pies de agua embarrada. Es tal su capacidad para liarla, que la oposición, si fuera lista, solo tendría que sentarse a esperar al nuevo desatino. Pero claro, pedirle inteligencia a la oposición, es como intentar sacar petróleo de un pozo de agua.
Le decía don Quijote a Sancho : No andes, Sancho, desceñido y flojo; que el vestido descompuesto da indicios de ánimo desmazalado. Parece increíble que frases escritas hace cuatrocientos años, sigan calzando la mano como un guante, en la actualidad. Y es que los humanos, por muy tecnológicos que seamos, seguimos siendo esos monos erguidos que se aventuraron en la sabana, hace cientos de miles de años, con idénticas pasiones, que son, a fin de cuentas, las que dictan nuestro comportamiento, y nos hacen a veces errar, a veces acertar. Pero la capacidad para meternos en líos sin que nadie nos empuje sigue intacta; debe ser que lo llevamos grabado a fuego en el ADN de la humanidad.
Este gobierno parece desmazalado y desceñido. ¿Hacía falta toda esta pifia, para sacar adelante una votación que ya estaba asegurada? Porque ahora ya no se trata de cambiar la Reforma Laboral, sino de salir del atolladero en el que se han metido, sin que nadie resulte lesionado, aunque el mal ya está hecho. Y lo peor, es que han conseguido, no sé si intencionadamente o sin pretenderlo, que solo se hable del escándalo de un gobierno dividido, dejando al margen la necesidad de cambiar la Reforma Laboral, por las razones que ya expuse a en el comentario de antes de ayer.  
El país está al borde de la ruptura porque la extrema derecha, es decir, PP y Vox, han decidido ponerlo al pie de los caballos, liberando toda la adrenalina fascista que durante tantos años ha estado larvada, quizá, porque sabían que en el turnismo electoral que se diseñó en La Transición, ellos, agazapados en Alianza Popular y posteriormente en el Partido Popular, siempre tendrían su tiempo de ocupar el poder. Pero ahora, la extrema derecha tiene quien la represente en Vox y en la dirección del PP Casado/Aznar, con Díaz Ayuso de artista invitada.
 Por ello, el gobierno debería ser más cauteloso, y estar más atento a los posibles errores que puedan cometer. Tener la boca cerrada es una virtud, que algunos de sus miembros no alcanzan a comprender. Pero tener una dirección adecuada, de liderazgo, no vendría nada mal, para evitar estos desatinos, que cada vez acercan más a la extrema derecha al poder.
Queremos salir de la pandemia con políticas progresistas, en donde la salud y la economía no se cuestionen mutuamente, pero también, con una recuperación económica que pase por respetar la amenaza de un virus, que no se ha ido. Una recuperación, que no provoque más desigualdad, pobreza y destrucción del medio ambiente. No es imposible, si desde el gobierno se dan los pasos acertados. No se puede firmar un acuerdo inútil, que desconocen la mitad de los  ministros, incluidas las directamente afectadas, distancie a tus aliados, enfade a los agentes sociales y dé gasolina gratis a la oposición, que solo tiene como objetivo quemar las naves, para que vayamos todos a la deriva y a ellos les sea más fácil, no solo alcanzar el poder, sino gobernar para los de las caceroladas y marchas abanderadas, que recuerdan demasiado a los desfiles de las dictaduras que en el  mundo existen, que no son pocas.         

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