jueves, 21 de mayo de 2020

20º día de desconfinamiento. Reforma laboral


20º día de desconfinamiento. Reforma laboral. Hay temas que son santo sanctórum para la derecha y no tan derecha. Y uno de ellos es la reforma laboral. Ahora andan todos agitados porque el gobierno ha firmado un acuerdo con Bildu para derogarla. Anatema: derogar la reforma laboral por un pacto con los proetarras de Bildu. Esto es el no va más de la antiEspaña.
Es posible que el gobierno, una vez más, haya patinado en las formas. No lo voy a negar; desde luego no son unos linces aventajados en la oportunidad de las cosas. Pero no es ese del tema que quiero hablar, porque en general, aunque siempre hay honrosas excepciones, el don de la sabiduría no les ha sido concedido a la mayoría de los políticos actuales.
Estoy de acuerdo en que la Ley de Reforma Laboral ha de ser eliminada, no sé si en su totalidad o en parte. Me da igual. Lo que hace falta es acabar con esa desregulación del mercado de trabajo que supuso la Ley del PP, dando alas a la creación de una inmensa bolsa de precariedad laboral, con todas las bendiciones legales. Porque a pesar de que hoy ya se vuelve a focalizar en el aumento de coste de los despidos una nueva Ley, ese no es el problema principal que tienen los trabajadores versus trabajadoras. Una vez más se quiere desviar la atención de otros asuntos mucho más graves para la estabilidad del empleo y la dignidad de los trabajadores/as. Además, ¿a quién se despide hoy con indemnización, si la duración media de los contratos en España durante 2019, fue de 49 días, según un informe de la USO?
La actual Ley laboral que hay en España la aprobó el gobierno del PP. Entonces, muchos de los que hoy se están echando las manos a la cabeza, o se muestran indignados, no opusieron ninguna resistencia; es más, aplaudieron hasta el enrojecimiento de las palmas, los cambios que introducía. Suponía la mayor desregulación de las condiciones de trabajo, salario, y estabilidad contractual, habida en España desde el Fuero del Trabajo de 1938 y su posterior modificación con la Ley de Convenios Colectivos de 1958. La Ley de Reforma Laboral fue la gran aportación de la derecha, con el PP como maestro de ceremonias, a la crisis financiera de 2008: dejar el mercado laboral como una losa, para que los empresarios actuaran a su antojo, sin trabas legales que se lo impidieran.
Decía antes que el asunto de los despidos y su posible aumento, solo trata de desenfocar el verdadero problema que ha supuesto la LRL para la clase trabajadora, como es la flexibilización del mercado laboral, la pérdida de capacidad negociadora de los sindicatos al convertir la negociación colectiva en papel mojado, la precariedad laboral, la profundización de la desigualdad de género en el trabajo, en definitiva, convertir a trabajadores y trabajadoras en los nuevos esclavos del siglo XXI, quedando su vida laboral y su proyecto vital al albur de los empresarios.
Dicen los que se indignan por este giro del gobierno que no es el momento, en plena pandemia. Nunca es el momento para aprobar leyes que favorezcan a la clase trabajadora, porque cuanto más desregulado sea el mercado laboral, más riqueza se acumula en pocas manos. Y atentar contra eso es como escupir la hostia consagrada delante del altar: sacrilegio.   
Sin embargo, en mi humilde opinión, es ahora cuando el cambio o reforma de la legislación laboral vigente se hace más necesaria que nunca. La sociedad española no se puede permitir el lujo de plantearse la salida de la crisis económica provocada por la pandemia con la LRL del PP, porque volveríamos a reproducir los mismos problemas de precariedad, desigualdad, pobreza laboral y explotación que había antes del coronavirus. Es el momento de dar un giro a la situación laboral en España, de volver a dar protagonismo a los sindicatos en la negociación colectiva y  acabar con la situación de ruptura del equilibrio, que ya recogía Adam Smith en su Teoría del Valor del Trabajo, que reconocía a los trabajadores como propietarios de la fuerza del trabajo a cambio de un salario. Por eso los sindicatos son necesarios, para que el salario y las condiciones de trabajo que las rodean sean los más dignos posibles. No es una casualidad que una de las primeras desregulaciones que introdujo la Ley de Reforma Laboral actual fuera desactivar a los sindicatos, cortándoles capacidad en la negociación colectiva.
Para finalizar, la Ley de Reforma Laboral del PP se debe anular ya, solo de esa manera se forzará a la derecha y los empresarios a sentarse a negociar una nueva Ley, sin dilaciones en el tiempo.   

Imagen: "La huida". Obra de Ricardo Bastid Peris. Perteneciente a la colección del MACVAC  

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