20º día de desconfinamiento.
Reforma laboral. Hay temas que son santo sanctórum para la derecha y no tan derecha.
Y uno de ellos es la reforma laboral. Ahora andan todos agitados porque el
gobierno ha firmado un acuerdo con Bildu para derogarla. Anatema: derogar la
reforma laboral por un pacto con los proetarras de Bildu. Esto es el no va más
de la antiEspaña.
Es posible que el gobierno, una
vez más, haya patinado en las formas. No lo voy a negar; desde luego no son
unos linces aventajados en la oportunidad de las cosas. Pero no es ese del tema
que quiero hablar, porque en general, aunque siempre hay honrosas excepciones,
el don de la sabiduría no les ha sido concedido a la mayoría de los políticos actuales.
Estoy de acuerdo en que la Ley de
Reforma Laboral ha de ser eliminada, no sé si en su totalidad o en parte. Me da
igual. Lo que hace falta es acabar con esa desregulación del mercado de trabajo
que supuso la Ley del PP, dando alas a la creación de una inmensa bolsa de precariedad
laboral, con todas las bendiciones legales. Porque a pesar de que hoy ya se vuelve
a focalizar en el aumento de coste de los despidos una nueva Ley, ese no es el
problema principal que tienen los trabajadores versus trabajadoras. Una vez más
se quiere desviar la atención de otros asuntos mucho más graves para la estabilidad
del empleo y la dignidad de los trabajadores/as. Además, ¿a quién se despide
hoy con indemnización, si la duración media de los contratos en España durante
2019, fue de 49 días, según un informe de la USO?
La actual Ley laboral que hay en
España la aprobó el gobierno del PP. Entonces, muchos de los que hoy se están
echando las manos a la cabeza, o se muestran indignados, no opusieron ninguna resistencia;
es más, aplaudieron hasta el enrojecimiento de las palmas, los cambios que
introducía. Suponía la mayor desregulación de las condiciones de trabajo, salario,
y estabilidad contractual, habida en España desde el Fuero del Trabajo de 1938
y su posterior modificación con la Ley de Convenios Colectivos de 1958. La Ley
de Reforma Laboral fue la gran aportación de la derecha, con el PP como maestro
de ceremonias, a la crisis financiera de 2008: dejar el mercado laboral como
una losa, para que los empresarios actuaran a su antojo, sin trabas legales que
se lo impidieran.
Decía antes que el asunto de los
despidos y su posible aumento, solo trata de desenfocar el verdadero problema que
ha supuesto la LRL para la clase trabajadora, como es la flexibilización del
mercado laboral, la pérdida de capacidad negociadora de los sindicatos al convertir
la negociación colectiva en papel mojado, la precariedad laboral, la profundización
de la desigualdad de género en el trabajo, en definitiva, convertir a trabajadores
y trabajadoras en los nuevos esclavos del siglo XXI, quedando su vida laboral y
su proyecto vital al albur de los empresarios.
Dicen los que se indignan por
este giro del gobierno que no es el momento, en plena pandemia. Nunca es el momento
para aprobar leyes que favorezcan a la clase trabajadora, porque cuanto más desregulado
sea el mercado laboral, más riqueza se acumula en pocas manos. Y atentar contra
eso es como escupir la hostia consagrada delante del altar: sacrilegio.
Sin embargo, en mi humilde opinión,
es ahora cuando el cambio o reforma de la legislación laboral vigente se hace
más necesaria que nunca. La sociedad española no se puede permitir el lujo de
plantearse la salida de la crisis económica provocada por la pandemia con la
LRL del PP, porque volveríamos a reproducir los mismos problemas de precariedad,
desigualdad, pobreza laboral y explotación que había antes del coronavirus. Es
el momento de dar un giro a la situación laboral en España, de volver a dar
protagonismo a los sindicatos en la negociación colectiva y acabar con la situación de ruptura del
equilibrio, que ya recogía Adam Smith en su Teoría del Valor del Trabajo, que
reconocía a los trabajadores como propietarios de la fuerza del trabajo a cambio
de un salario. Por eso los sindicatos son necesarios, para que el salario y las
condiciones de trabajo que las rodean sean los más dignos posibles. No es una
casualidad que una de las primeras desregulaciones que introdujo la Ley de
Reforma Laboral actual fuera desactivar a los sindicatos, cortándoles capacidad
en la negociación colectiva.
Para finalizar, la Ley de Reforma
Laboral del PP se debe anular ya, solo de esa manera se forzará a la derecha y
los empresarios a sentarse a negociar una nueva Ley, sin dilaciones en el
tiempo.
Imagen: "La huida". Obra de Ricardo Bastid Peris. Perteneciente a la colección del MACVAC
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