13º día de desconfinamiento.
Seroprevalencia. La primera vez que escuché esta palabra, pensé que se iba a hacer
un estudio serológico en Valencia. Imagínense los trastornos a los que podemos
llegar con tantos días de encierro. La verdad es que se le ha dado una importancia
desmesurada a este estudio (no es de extrañar en tiempos de confusión y
búsqueda de certezas), para los datos que ha arrojado. Quizá, es que a la estadística
le estamos dando un valor excesivo, porque en la sociedad de la inmediatez se
gobierna a golpe de encuesta. Muy lejos quedan los tiempos en que los partidos
trataban de cambiar o mejorar la sociedad a través de las ideas. Hoy todo es
más frío. Los datos dicen que…; hay que hacer esto porque las encuestas pronostican…;
tienes que cambiar la imagen para mejorar las estadísticas de votantes… Es
el mundo que nos ha tocado vivir, una
gran pista circense donde los mejores espectáculos los hacen los ilusionistas,
haciéndonos ver lo que no existe y creer lo que ellos quieren que creamos.
Lo que me llama la atención es
que nos sorprendan tanto los datos de inmunidad que revela la seroprevalencia. No
sé qué esperábamos cuando llevamos dos meses encerrados. ¿Qué estemos la mayoría de la población infectada? ¿Para
qué habría servido entonces el confinamiento? No quiero ni pensar la que habría
montada hoy por los casados, abascales, ayusos, y Tercios de Flandes, adalides de la
libertad de última hora, si hubiera salido una cifra de contaminados grande.
Las acusaciones al gobierno de tenernos encarcelados para convertir España en
una gran prisión, como Venezuela, se habrían escuchado hasta en la Estación
Espacial Internacional.
Qué decepción, solo un 5% de
infectados. Una de dos, o el confinamiento ha parado en seco la transmisión, o
el coronavirus no es tan contagioso como parece, si sólo ha infectado,
masivamente, antes del 15 de marzo. A no ser que el estudio sea eso, un estudio
que refleja la realidad a medias. A pesar de ello, como dice un amigo médico,
son 2,3 millones de infectados, que si desde el punto de vista inmunológico no
es mucho, en cifras absolutas no parece poco para unos meses que lleva rodando
la epidemia.
Yo lo que no tengo claro, es que si los datos hubieran sido del 60 o 70%, significaría
que la población española (en Francia los datos de un estudio parecido arrojan porcentajes
similares a los de España) estaría inmunizada. De la gripe nos tenemos que
vacunar todos los años, porque nunca la cepa es la misma. Conclusión de un ignorante:
mientras no tengamos una vacuna que suministre la sanidad pública a toda la
población de riesgo, como en la gripe, lo tenemos complicado, si además no
existe un tratamiento que atempere la enfermedad.
Yo pediría que las alegrías del
desconfinamiento las aplaquemos en la medida de lo posible. Nos jugamos mucho,
no solo la salud; también el bienestar económico de cada uno de nosotros. La
inmensa mayoría de la población no vive en el barrio de Salamanca de Madrid,
que emulando a Aznar, Rajoy Ayuso y demás, se saltan las medidas de prevención
a la torera y se manifiestan por las calles pidiendo libertad, bueno, lo que el
facherío patrio consideran libertad. Como todos los imbéciles creen que ellos
están inmunizados contra todo. Pero sí disfrutan de una diferencia con el
resto: si la economía se va al garete, ellos tienen las espaldas cubiertas. ¿Será
que el dinero reblandece las sesera?
Hasta el domingo, que se ha
convocado un gran aplauso final, nos vemos a las ocho.
Imagen: "El sueño de una niña pobre de un país que fue el mío". Obra de Salvador Montesa. Perteneciente a la colección del MACVAC
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