jueves, 5 de diciembre de 2019

Los libros nos salvarán del desastre


¿Os habéis preguntado qué quedaría si la sociedad actual hiperconectada se fuera al carajo porque no hemos sido capaces de preservar el planeta tal como lo conocemos? Cómo no soy adivino no puedo vaticinar nada, pero tengo clara una cosa: lo que quedaría para salvarnos del vacío material y existencial serían los libros. Sí, esos objetos que mucha gente los tiene  como antigüedades de un pasado aburrido sin redes sociales ni internet.
Quedarían para decirnos cómo empezar de nuevo; cómo hacer para no sucumbir a la negrura de un futuro sin conocimiento. Porque un libro no necesita estar enchufado para abrirlo y leerlo, incluso no necesita luz artificial para ver lo que esconde dentro. En esos libros apilados en estanterías públicas y privadas, estaría nuestra salvación.
Al igual que en la novela de Ray Bradbury: “Fahrenheit 451”, la esperanza de aquella humanidad, atrapada en un mundo distópico y controlado por un poder absoluto, donde la postverdad era el instrumento más efectivo de control, se encontraba en los libros; en la sociedad actual, que  por unas causas diferentes pudiera devenir en un desastre global total, ellos serían la guía para volver a empezar.
Algunos pensarán que estoy elucubrando sobre una fantasía oscura, que exagero demasiado, pero puede ser una realidad no tan lejana, si no ponemos remedio al desenfreno con el que nos comportamos ante la naturaleza, como si fuéramos dioses capaces de doblegarla.
 Por eso debemos cuidar los libros como si fueran tesoros que la sabiduría de la humanidad nos lega, esperando que sigan siendo ese lugar al que acudimos para divertirnos, soñar, emocionarnos y acercarnos al conocimiento, y nunca lleguen a convertirse en la única tabla de salvación de lo que quede de la humanidad.  

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