Abonados al insulto y al bulo, ahora
despliegan toda su artillería, sin miramiento alguno, sin darse cuenta, lo mismo que le pasó a Ciudadanos,
que si tratas de imitar a la extrema derecha, al final la gente prefiere el
original a la copia. Salvo que Casado/Aznar ya hayan decidido que el Partido
Popular es la extrema derecha de este país y Vox una burda copia de ellos. Por
el camino van.
Lo que pasa, que hay cosas que me
chirrían mucho. Será que respetando disciplinadamente el confinamiento, nos
hemos vuelto sensibles y nos empiezan a patinar las neuronas, cuando vemos que
hay dirigentes políticos, que están más preocupados de ver cómo definen estrategias
para acabar con el gobierno actual, que de arrimar el hombro para que podamos
salir cuanto antes a la calle y celebrar haber cumplido con nuestra obligación.
No sé qué tendrán que celebrar ellos cuando todo esto pase.
Los patriotas que tanto acusan a
las comunidades históricas de querer romper España, ahora se lanzan por el tobogán
de hacer lo que les pasa por el arco del triunfo, rompiendo una unidad territorial más necesaria
que nunca, en tiempos de confinamiento pandémico, utilizando su poder en
algunas comunidades autónomas para destruir al gobierno. Ya se veía venir que
Madrid estaba pugnando, desde el principio, por parecer un país ajeno al español,
con su presidenta convertida en twittera kamikaze. Pero eso parece que no es
suficiente y ahora el PP rompen la unidad nacional para afrontar el fin de
curso escolar, quizá porque consideran que la educación es un tema menor que se
puede vapulear según les venga bien hacerlo o no.
No sé que dirán sus socios de Vox
y Ciudadanos, patriotas por encima de todo, de esta ruptura de España que ha
puesto en marcha el PP, aunque sospecho que ellos están también en la jugada. Ni
pensar quiero en la que se habría armado si lo hubiera hecho Cataluña. Me
pregunto dónde está ahora la igualdad de los españoles que tantas veces ha
esgrimido el Partido Popular para defender su idea, hasta ayer, de una España
unida en lo universal.
Dice el consejero de educación de la Comunidad
de Madrid, para justificar su desmarque del resto: “En Madrid hay exigencia y
se premia el esfuerzo”. Manda narices, Madrid que en el último informe PISA se
ha llevado un buen bofetón. No es de extrañar ya que es la comunidad autónoma
que menos invierte por alumno en España, solo por debajo de Murcia y Andalucía.
Vaya, parece que los criterios educativos no son los más adecuados para la ruptura
de la unidad escolar en su España unida.
Es cierto que las competencias de
educación están transferidas a las comunidades autónomas, pero en estas
circunstancias se debería ser un poco más humilde y llegar a la negociación con
el ministerio y las otras autonomías con ganas de acuerdo. No parece que haya
sido así, sino más bien lo contrario. Los patriotas Casado/Aznar, quieren
convertirse en virreyes allá donde gobiernan, al margen del resto. Aunque más
parece que aspiren a ser gobernadores de la Ínsula de Barataria. Nos vemos a
las ocho.
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