Cuadragésimo sexto día de
cuarentena. Inconcreción. La escalada de propaganda goebbeliana sigue su curso
imparable. Tanto, que hasta medios de comunicación serios y poco dados al amarillismo
mediático, acaban sucumbiendo al envite torero, que desde todos los ámbitos de
la derecha y del entrenador que llevamos dentro, está lanzando derrotes a
diestro y siniestro sin descanso desde hace tiempo. Ahora le toca a la falta de
concreción del gobierno en el plan de desescalada. Si ya el gobierno va sin
rumbo desde el inicio de la pandemia, no podía ser que ahora, iniciaran la
desescalada con mejor pie. Estaba claro lo que se avecinaba y lo que está por
venir, cuando de lo que se trata no es de acabar con el confinamiento, sino de derribar
al gobierno. (Ya hemos hablado de esto varias veces)
Incluso algún tertuliano ha dicho
esta mañana en la radio, que hay una falta de dirección absoluta en la gestión
de la crisis; que el coronavirus se está frenando gracias a que nos hemos
encerrado en casa. Ojo. Nadie nos ha mandado que nos encerremos, lo hemos hecho
nosotros por responsabilidad social. No ha habido nadie que haya planificado, ordenado,
prohibido, organizado y diseñado el plan que está torciendo la curva de la
pandemia. Los españoles, con un innegable espíritu de anarquistas responsables,
lo hemos hecho sin que nadie nos haya tenido que dirigir.
Como no podía ser de otra manera,
el plan de desescalada está falto de concreción. No tiene calendario, no tiene
fases, no tiene instrucciones, no tiene ni cómo ni cuándo ni quién, para ir
recuperando la normalidad. Es un batiburrillo de ocurrencias, que no nos conducen
a ninguna parte. Pero yo, que no soy experto en nada, si veo un calendario que
me permite saber cuáles van a ser los pasos que nos lleven a la normalidad.
Quizá es porque ni soy político con intereses que van mucho más allá de la
pandemia, como salvar patrias; o que como no soy experto no me dedico a poner
en cuestión permanente lo que hace el comité de expertos que asesora al
gobierno, porque si lo fuera por supuesto, que yo lo haría mejor.
Tampoco tengo intereses económicos,
legítimos, por su puesto, hasta que son antepuestos a la salud de las personas.
Debe ser que eso de tratar de guardar el equilibrio entre salud y economía, no
casa con el capitalismo cuando la salud estropea el beneficio.
Yo entiendo que es difícil ser un
salvapatrias con alma de torero y estar en la barrera, o no ser escuchado cuando
tus conocimientos de experto tienen la solución al mal que nos aqueja. Pero si fuéramos
un poco menos taurinos (no lo digo en sentido peyorativo) y más humildes, a lo
mejor el camino se despejaba y las críticas serían más creíbles. Porque errores,
fallos y poca mano izquierda, está habiendo en la gestión del gobierno (habrá que
hablar de ellos algún día), no podría ser de otra manera, pero miedo me da esta
crisis si hubiera estado gestionada por la derecha, a tenor de lo que ya vimos
en la anterior.
No hay falta de dirección, a
pesar de que algunas cosas se pueden hacer mejor, ni falta de concreción en las
medidas; si hemos llegado hasta aquí con una luz al final del túnel, es porque alguien
ha llevado las riendas de todo el proceso. Ahora toca ir recuperando, poco a
poco, la vida normal, y para ello también hay un plan de desescalada. Otra
cosa, es que para algunos ahí es donde está su Talón de Aquiles, en que al final todo llegue
a buen puerto; o que la desescalada sea demasiado lenta para sus negocios; o
que estemos hartos de no poder salir de casa; incluso habrá quien piense que estamos
yendo demasiado deprisa. El equilibrio está en no contentar a ninguno y dar
gusto a todos, aunque sea solo un poquito. Porque no quiero ni pensar, si
hubiera un rebrote, lo que dirían muchos de los que están al acecho de poder exclamar:
¡¡Lo ven, si ya lo decíamos nosotros!!
Nos vemos a las ocho. Hoy también
por que la sanidad pública se blinde en la
Constitución.
José Manuel, te leo todos los días desde que te descubrí...Creo que la oposición, por definición, está en oponerse, además de que como bien dices, cuando la derecha pierde el poder se pone muy nerviosa, pues en este país históricamente cree tenerlo por derecho divino desde tiempos de Isabel y Fernando..Cuídate...
ResponderEliminarEl problema es que la oposición de derechas en España es más negación que otra cosa.
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