Cuadragésimo tercer día de
cuarentena. Infantes. Niños y niñas, sois la leche. Los adultos por esta manía
que tenemos de idiotización de la infancia, nos pensamos que sois lelos
incapaces de comprender todo aquello que se sale de los parámetros que
nosotros, los mayores, hemos decidido que debe moverse vuestro mundo. Flaco
favor os hacemos con tanta protección a cambio de convertiros en pequeños
Teletubbies, aunque estéis en quinto de primaria.
Nos habéis dado una lección,
porque con el confinamiento del coronavirus habéis demostrado que sois más
diciplinados que nosotros, que entendéis la situación mucho mejor que los
mayores y que, además, tenéis un grado de madurez, que para vuestra edad debe
ser la apropiada, a pesar de que los adultos no nos demos cuenta. ¿Sabéis por
qué? Por que todos nosotros hemos perdido la memoria emocional de cuando éramos
pequeños, y somos incapaces de empatizar con vuestros sentimientos y vuestra
manera de ver las cosas.
Pensábamos, porque los mayores
somos como el maestro Ciruela, que no sabía leer y montó una escuela, que ibais
a convertiros en pequeños monstruos insoportables conforme pasaban los días de
confinamiento, y nos habéis demostrado, con vuestra capacidad de adaptación a
la situación, que no es así. Además, como decía una niña, ahora todos los días
son fin de semana, porque podemos estar con nuestros padres y desayunar como si
fuera sábado. Esta es otra cosa que los mayores hemos descuidado hacia
vosotros: vivimos tan ocupados con nuestra vida de prisas y ocupaciones varias,
que no nos paramos a pensar si os estamos haciendo felices, con tanta ausencia
y cansancio al llegar a casa.
La otra lección, nos la habéis
dado hoy, primer día de salida, para vosotros, del confinamiento. Otra vez nos
ha salido el maestro Ciruela de dentro, y no hemos parado de pontificar, yo el
primero, que la salida a la calle, tal como se ha autorizado, iba a ser un caos
de niños y niñas queriendo ir al parque a jugar como antes. Y nos hemos vuelto
a equivocar con vosotros. Yo que tengo un perrillo, esta mañana cuando lo he
sacado a pasear, os he visto disciplinados, con la lección bien aprendida;
corriendo, saltando, en vuestros
patinetes, bicicletas, motos sin pedales, carritos de muñeca… todo sin una
queja, contentos y dando alegría a unas calles que ya estaban pareciendo
demasiado aburridas.
Aunque no lo sepáis nos estáis
haciendo un favor, porque gracias a vosotros los papis y mamis podemos salir a
la calle también. Y sin no vivís muy lejos de los abuelos, les haréis muy
felices yendo a verles al balcón de su casa.
Me gustaría, que después de esta
pandemia que nos está enseñando tantas cosas, empezáramos a trataros como
personas, pequeñas, pero personas que pensáis, tenéis opinión y capacidad de
respuesta ante todo cuando se os explican las cosas. Querer mucho a vuestros
padres y madres, respetarlos, pero también hacerles ver, que sois más listos de
lo que creen.
Nos vemos a las ocho aplaudiendo
por la sanidad y por vosotros.
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