sábado, 4 de abril de 2020

Vigesimoprimer día de cuarentena. La felicidad nunca viene sola


Vigesimoprimer día de cuarentena. Por fin parece que llegan nuevas noticias. Ahora que algunos medios se han empezado a cuestionar las cifras que nos ofrecen diariamente, tenemos la noticia de un importante bajón de todo, y realmente me pregunto, si más allá de la precisión de los datos para los expertos y la ciencia, al resto nos importa mucho saber si se está haciendo bien o mal, siempre que se siga el mismo criterio de contaje. Es decir, que no apliquen una manera de contar un día y otra al otro. Si no es así, lo que nos dicen son tendencias estadísticas y por ahí, hoy han llegado buenas noticias.
Pero yo no soy un  medio de comunicación, que necesita tener un tema del que hablar con relación al coronavirus. Respeto que los medios deben hacer su labor, pero sin caer en el espectáculo, y a veces, con este asunto, algunos están cayendo. Eso, por no hablar de esos programas de TV, con apariencia de tertulia, en los que he llegado a contar hasta nueve personas en el plató, por supuesto todos sin mascarilla.
Hablando de mascarillas. ¿Qué pasa con la OMS? De haber puesto en duda la eficacia de las mascarillas, ahora dice que deberíamos llevarlas todos. Lo que se le tiene que pedir a un organismo de esa envergadura es un poco de coherencia, y no ir a salto de mata. Porque una cosa es ir improvisando, un poco sobre la marcha, qué medidas tomar, cuando un virus así ataca a la humanidad, porque no existe un manual de instrucciones, y otra lanzar al mundo noticias contradictorias.
 “La felicidad nunca viene sola”, es el título de una comedia francesa dirigida por James Huth -la recomiendo para estos días-. Es cierto. La dicha siempre viene acompañada de algo que la empaña. Hoy que podemos respirar de tanta noticia mala, que parece que las medidas que se están tomando empiezan a hacer ver un poco de luz, recibimos la noticia de la  muerte de Aute. A muchos, a lo mejor ni os suena, pero Aute ha sido uno de los grandes compositores de la canción de autor en España, y referente de toda una generación, que ha tatareado sus canciones sin descanso. No importa de lo que haya muerto. Posiblemente, porque estaba muy enfermo desde que tuvo el infarto. También muere gente por otras enfermedades, aunque ahora parezca que ya no, que solo el coronavirus tiene la patente de la muerte en España. Descanse en paz y esta tarde, también aplaudiremos por él. Hasta las ocho. 

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