lunes, 27 de julio de 2020

La pérfida Albión al ataque


El Reino Unido aplica una cuarentena a España de dos semanas y el facherío patrio se relame: pecado del gobierno social/comunista de Sánchez, dicen y dirán. Como si nosotros tuviéramos la culpa de que el gobierno británico tenga que lavar toda la ropa sucia de su mala gestión con la crisis del coronavirus, que ha colocado a la isla de Albión con el mayor número de contagios, etc., por Covid de toda Europa.
¿Realmente estamos tan mal? Desde mi ignorancia, creo que no es para tanto. Otra cosa es que se quiera amplificar el momento actual en los medios para vender más (vaya chollo que tienen con el coronavirus) o, en el caso de los medios afines al Cid Campeador y la mascarilla con la banderita, dar cera al gobierno.
Pero claro, todo tiene sus consecuencias, y si al rebrote actual, muy localizado, muy controlado en la mayoría de los sitios e irrisorio en comparación a lo que hemos vivido, estás todos los días de la semana, a todas horas, en todas las tertulias, diciendo que se acerca un nuevo apocalipsis, al final, parece que estamos ante una nueva escalada irrefrenable del virus, y los países, que solo necesitan un ¡hay! para poner una venda a sus maltrechas economías, aprovechan para que el dinero de sus paisanos se gaste en el país propio y no en uno que cada día, gracias a los medios, parece estar sumido en un descontrol de contagios.
Realmente somos un país de quijotes, o como decía Marx, de ideas sin actos y actos sin ideas. Aquí en vez de hacer un poco de piña, preferimos bebérnosla colada en nuestra propia estupidez. Mientras, el resto del mundo trata de poner barreras al desastre económico, pero eso no va con nosotros. Luego la culpa la tendrá el gobierno, que es lo que están deseando decir y buscando desesperadamente, como a Susan.  
A ver si somos capaces de darnos cuenta de que todas esas cuarentenas que se están aplicando unos países a otros, tienen más que ver con la jungla del mercado económico en la que se está convirtiendo el mundo, que con una verdadera protección de la ciudadanía. Estamos en el sálvese quien pueda. Y España lo tiene difícil, por haber fiado gran parte de su economía a una actividad tan volátil como el turismo. Pero no sé si seremos capaces de aprender la lección a futuro. Eso sí que es preocupante.  


viernes, 10 de julio de 2020

No le veo la gracia.


Algunos se han puesto muy contentos porque Nadia Calviño no haya sido elegida presidenta del Consejo Europeo. La prensa lo tilda de fracaso, fiasco, varapalo, en fin, todos los adjetivos que se puedan utilizar para ridiculizar a gobierno. Pero yo no le veo la gracia por ningún lado. Sobre todo porque más allá de la guerra soterrada que los países del norte tienen con los del sur del UE, hay un dato que nos debería preocupar. El candidato ganador ha sido apoyado por el Partido Popular Europeo, y eso significa una Europa alejada de las políticas de economía social y bienestar público, en beneficio de capitalismo especulativo, asocial y benefactor de paraísos fiscales.
Lo que habría que preguntarse es el papel que ha jugado el Partido Popular de Pablo Casado, que no parece haya sido muy fructífero a la hora de convencer a sus correligionarios ideológicos, para que apoyaran a Nadia Calviño. Eso si no se han dedicado a poner palos en las ruedas de la candidatura española, como estoy convencido que ha sido.
Aquí los patriotas lo son para esconderse en la bandera y tapar sus vergüenzas, que solo miran a sus intereses de clase, por encima de todo.

La vivienda, un derecho olvidado

  Ruido. Demasiado ruido en la política española, que sólo sirve para salvar el culo de algunos dirigentes políticos, que prometieron la lun...