martes, 14 de abril de 2020

Trigésimo primer día de cuarentena. Recortes


Trigésimo primer día de cuarentena. Recortes. Nos han dicho tantas veces que tenemos la mejor sanidad del mundo, que al final nos lo hemos creído. Ante tan machacona insistencia, como no podemos compararla con el resto de los países, acabamos aceptando la afirmación, sobre todo si, de forma interesada, nos comparamos con los EEUU de América. Ahí sí que somos los mejores y por goleada.
No tenemos un sistema de sanidad pública malo, aunque cada vez presenta mayores deficiencias, a pesar de que el personal sanitario está supliendo con un esfuerzo excesivo las carencias que tiene, que no son otras que la falta de personal y de dotación presupuestaria, que lo hacen manifiestamente mejorable en muchos aspectos, como las listas de espera para acceder al especialista, los retrasos en cirugía, etc.
Esta decadencia del sistema público, que ha venido denunciando el personal sanitario en los últimos años, no se ha producido por desgaste o una maldición divina, sino por el abandono que la sanidad pública ha sufrido con recortes y privatizaciones. Algo de lo que a la derecha no le gusta hablar. Por ejemplo, en Madrid se construyeron en los últimos años siete hospitales de concesión privada, pero el número de camas disminuyó al cerrar plantas en los centros públicos.
El cálculo de los recortes en los últimos diez años, sobre todo entre 2012 y 2019, se estima entre 15.000 millones y 21.000 millones de euros, lo que ha supuesto reducción de camas, una pérdida de más  de 10.000 puestos de trabajo en los hospitales públicos y unos 2.000 millones de euros menos en atención primaria. Para 2019, el gobierno del Partido Popular preveía rebajar al 5,7% del PIB el gasto en Sanidad, menos que en 2009 y muy por debajo de la media europea que es el 7,5% del PIB.
De este debilitamiento de la sanidad pública, con menos personal, un número desmesurado de contratos temporales, pérdida de camas y cierre de plantas, listas de espera y escasa financiación, a la derecha no le interesa que se hable, no vaya a ser que empecemos a asociar el zambombazo que ha supuesto en España el coronavirus, con los recortes en sanidad pública. Para ello se han apuntado al descrédito del gobierno lanzando bulos como si fueran un aspersor de agua. Solo tenemos que leer los tweets de Cuca Gamarra, Javier Maroto, Rafael Hernando, Teodoro García Egea, y otros muchos dirigentes del PP, que no han parado de intoxicar las redes con el único fin, no de aportar soluciones al coronavirus, sino de desprestigiar al gobierno y echar humo sobre su responsabilidad en la situación por los recortes y privatizaciones, a los que su Partido ha sometido a la sanidad siempre que gobierna.
Pero la palma de mentiroso, como siempre, se la lleva González Pons; este no necesita echar mano de los bulos, porque él es un bulo andante. Ahora dice que la culpa de los recortes que hizo su Partido es de toda la sociedad, como si usted y yo tuviéramos la firma del Boletín Oficial del Estado.
En fin. Nos vemos a las ocho, que es la manera que tenemos ahora de defender la sanidad pública y a sus sanitarios.

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