viernes, 17 de abril de 2020

Trigésimo cuarto día de cuarentena. Patriotas

Trigésimo cuarto día de cuarentena. Patriotas. Parece que el Partido Popular ya se ha tirado al monte, definitivamente, y solo tiene una idea en la cabeza: acabar con el gobierno filocomunista bolivariano de Sánchez y volver a mandar en esa España eterna que reclamaba su líder Pablo Casado hace un par de semanas en el Congreso. Mientras en los países de nuestro entorno europeo la oposición cierra filas con el gobierno, evitando la crispación y aislando a la extrema derecha, en España, el PP de Casado/Aznar compite con Vox, haber quién es más bestia en su crítica al gobierno. Eso sí, dentro del más absoluto patriotismo envueltos en banderas que parecen campos de fútbol.
Abonados al insulto y al bulo, ahora despliegan toda su artillería, sin miramiento alguno,  sin darse cuenta, lo mismo que le pasó a Ciudadanos, que si tratas de imitar a la extrema derecha, al final la gente prefiere el original a la copia. Salvo que Casado/Aznar ya hayan decidido que el Partido Popular es la extrema derecha de este país y Vox una burda copia de ellos. Por el camino van.
Lo que pasa, que hay cosas que me chirrían mucho. Será que respetando disciplinadamente el confinamiento, nos hemos vuelto sensibles y nos empiezan a patinar las neuronas, cuando vemos que hay dirigentes políticos, que están más preocupados de ver cómo definen estrategias para acabar con el gobierno actual, que de arrimar el hombro para que podamos salir cuanto antes a la calle y celebrar haber cumplido con nuestra obligación. No sé qué tendrán que celebrar ellos cuando todo esto pase.
Los patriotas que tanto acusan a las comunidades históricas de querer romper España, ahora se lanzan por el tobogán de hacer lo que les pasa por el arco del triunfo,  rompiendo una unidad territorial más necesaria que nunca, en tiempos de confinamiento pandémico, utilizando su poder en algunas comunidades autónomas para destruir al gobierno. Ya se veía venir que Madrid estaba pugnando, desde el principio, por parecer un país ajeno al español, con su presidenta convertida en twittera kamikaze. Pero eso parece que no es suficiente y ahora el PP rompen la unidad nacional para afrontar el fin de curso escolar, quizá porque consideran que la educación es un tema menor que se puede vapulear según les venga bien hacerlo o no.
No sé que dirán sus socios de Vox y Ciudadanos, patriotas por encima de todo, de esta ruptura de España que ha puesto en marcha el PP, aunque sospecho que ellos están también en la jugada. Ni pensar quiero en la que se habría armado si lo hubiera hecho Cataluña. Me pregunto dónde está ahora la igualdad de los españoles que tantas veces ha esgrimido el Partido Popular para defender su idea, hasta ayer, de una España unida en lo universal.
 Dice el consejero de educación de la Comunidad de Madrid, para justificar su desmarque del resto: “En Madrid hay exigencia y se premia el esfuerzo”. Manda narices, Madrid que en el último informe PISA se ha llevado un buen bofetón. No es de extrañar ya que es la comunidad autónoma que menos invierte por alumno en España, solo por debajo de Murcia y Andalucía. Vaya, parece que los criterios educativos no son los más adecuados para la ruptura de la unidad escolar en su España unida.
Es cierto que las competencias de educación están transferidas a las comunidades autónomas, pero en estas circunstancias se debería ser un poco más humilde y llegar a la negociación con el ministerio y las otras autonomías con ganas de acuerdo. No parece que haya sido así, sino más bien lo contrario. Los patriotas Casado/Aznar, quieren convertirse en virreyes allá donde gobiernan, al margen del resto. Aunque más parece que aspiren a ser gobernadores de la Ínsula de Barataria. Nos vemos a las ocho.

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