martes, 28 de marzo de 2023

Cotizaciones de la Seguridad Social

 


Parece que en este país llamado España, y sin que sirva de precedente, todo el mundo está de acuerdo en una cosa: la Seguridad Social tiene un problema de ingresos. Entonces, ¿por qué cuando se habla de la sostenibilidad del sistema, sólo se piensa en reducir los gastos, en vez de aumentar los ingresos? No es una pregunta retórica, aunque tiene una fácil contestación, quizá porque el aumento de ingresos supone que ricos y empresas se van a tener que rascar el bolsillo y esto aquí es un anatema económico y político.

Se viene pregonando, desde hace muchos años, el mismo mantra: la Seguridad Social solo se salvará si se reducen las pensiones, se aumenta el tiempo de trabajo y se complementan los ingresos de los jubilados con planes de pensiones privados. Lo de siempre, que paguen las facturas económicas las clases trabajadoras, sean autónomas o de régimen general, para que ricos y grandes empresas sigan acumulando beneficios. Aunque esto daría para otro artículo.

Sin embargo, lo que habría que reformar es el modelo de ingresos de la Seguridad Social, que se ha quedado obsoleto desde hace unos cuantos años. ¿Se han preguntado ustedes cuánto dinero en cotizaciones ha dejado de ingresar el Estado con la sustitución de trabajadores/as por máquinas y ordenadores? Si el PIB desde 1980 se ha multiplicado por 10, es decir, hoy es casi diez veces más grande que hace 40 años, la pregunta es por qué el empleo no ha tenido esa progresión, sino que, más bien al contrario, se ha reducido y precarizado, teniendo en cuenta que ahora somos diez millones más de habitantes que en 1980. Esta distorsión entre PIB y puestos de trabajo, sólo ha redundado en un aumento de los beneficios de las empresas, generando un buen número de nuevos millonarios, que siguen pagando impuestos muy por debajo de sus ingresos.

Está claro que el sueño del pleno empleo ya no es válido para sostener un sistema público de pensiones sin tensiones financieras ni pérdidas de poder adquisitivo. Ya no hay trabajo para todo el mundo, y si es cierto que las reducciones de jornada pueden ser un revulsivo para el empleo, no será suficiente. El sistema tiene que adaptarse a los nuevos tiempos y buscar vías de ingresos que no dependan de las cotizaciones de los trabajadores/as, con empleos cada vez más precarios.

Es necesario que máquinas y ordenadores tengan la categoría de cotizantes, o que las empresas coticen por producción, no por número de empleados/as. De esta forma, el sistema público de pensiones será solvente, si hay interés político de que lo sea. Si el problema es de ingresos, hay que tomar medidas para aumentarlos, y no mantenerlos reduciendo gastos.    

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