Parece que en este país llamado
España, y sin que sirva de precedente, todo el mundo está de acuerdo en una
cosa: la Seguridad Social tiene un problema de ingresos. Entonces, ¿por qué
cuando se habla de la sostenibilidad del sistema, sólo se piensa en reducir los
gastos, en vez de aumentar los ingresos? No es una pregunta retórica, aunque
tiene una fácil contestación, quizá porque el aumento de ingresos supone que
ricos y empresas se van a tener que rascar el bolsillo y esto aquí es un
anatema económico y político.
Se viene pregonando, desde hace
muchos años, el mismo mantra: la Seguridad Social solo se salvará si se reducen
las pensiones, se aumenta el tiempo de trabajo y se complementan los ingresos
de los jubilados con planes de pensiones privados. Lo de siempre, que paguen
las facturas económicas las clases trabajadoras, sean autónomas o de régimen
general, para que ricos y grandes empresas sigan acumulando beneficios. Aunque
esto daría para otro artículo.
Sin embargo, lo que habría que
reformar es el modelo de ingresos de la Seguridad Social, que se ha quedado
obsoleto desde hace unos cuantos años. ¿Se han preguntado ustedes cuánto dinero
en cotizaciones ha dejado de ingresar el Estado con la sustitución de
trabajadores/as por máquinas y ordenadores? Si el PIB desde 1980 se ha
multiplicado por 10, es decir, hoy es casi diez veces más grande que hace 40
años, la pregunta es por qué el empleo no ha tenido esa progresión, sino que,
más bien al contrario, se ha reducido y precarizado, teniendo en cuenta que
ahora somos diez millones más de habitantes que en 1980. Esta distorsión entre
PIB y puestos de trabajo, sólo ha redundado en un aumento de los beneficios de
las empresas, generando un buen número de nuevos millonarios, que siguen
pagando impuestos muy por debajo de sus ingresos.
Está claro que el sueño del pleno
empleo ya no es válido para sostener un sistema público de pensiones sin
tensiones financieras ni pérdidas de poder adquisitivo. Ya no hay trabajo para
todo el mundo, y si es cierto que las reducciones de jornada pueden ser un
revulsivo para el empleo, no será suficiente. El sistema tiene que adaptarse a
los nuevos tiempos y buscar vías de ingresos que no dependan de las
cotizaciones de los trabajadores/as, con empleos cada vez más precarios.
Es necesario que máquinas y
ordenadores tengan la categoría de cotizantes, o que las empresas coticen por
producción, no por número de empleados/as. De esta forma, el sistema público de
pensiones será solvente, si hay interés político de que lo sea. Si el problema
es de ingresos, hay que tomar medidas para aumentarlos, y no mantenerlos
reduciendo gastos.
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