La
próxima convocatoria electoral no son unas elecciones cualquiera y eso la
derecha lo sabe muy bien. De ahí que estén poniendo el grito en el cielo por
estar convocadas en verano (como si ellos no lo hubieran hecho nunca), no
porque sus votantes vayan dejar de ir a votar, que en eso son bastante más
disciplinados que la izquierda, ni se andan con tantas pamplinas, sino porque
saben muy bien que una manera de desmovilizar al votante de izquierda, es
hacerle ver que Pedro Sánchez, es decir, el sanchismo, sólo piensa en él y no
le importa fastidiarnos las vacaciones poniendo la fecha de las elecciones en
época estival. Como si no hubiera voto por correo o todos los españoles nos
pasáramos le verano en la playa o la montaña. Pero ya saben ustedes, no hay
nada como una buena campaña de desinformación y mentiras para que sus intereses
queden a buen resguardo.
Estas
elecciones no tienen medias tintas, porque nos jugamos mucho, y no lo digo porque
piense que la derecha no tiene derecho a gobernar en una democracia; lo digo
porque está derecha trumpista, este binomio PP-Vox, puede hacer mucho daño a
los progresos sociales y económicos que el país ha tenido en los últimos años. Ha
sido aparecer en el horizonte la fecha de las elecciones y el líder del Partido
Popular ya ha anunciado la derogación de media docena de leyes, la supresión del
Ministerio de Igualdad y la eliminación de los impuestos a la banca y los
ricos.
Ha llegado
el momento de tomar partido, de dejar de mirar los toros desde la barrera y bajar
a la arena. En definitiva, de mojarse y hacer, cada uno, cada una, dentro de
sus posibilidades, que todo el esfuerzo de regeneración, protección social y
amarre del estado de bienestar, que el gobierno de estos últimos años ha puesto
en marcha no haya sido baldío. En nuestra mano está y ahora más que nunca.
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