Afirma
Núñez Feijoo, que si gana las elecciones piensa derogar todas las leyes
aprobadas con el voto de EH Bildu, unas 14, aproximadamente, que no son pocas,
pero sí un dato menor si lo comparamos con las 140 que se han aprobado desde
que Pedro Sánchez es presidente del gobierno. Leyes de una relevancia social importante,
de ahí el interés machacón del candidato del Partido Popular en derogar, que no
tiene tanto que ver con que hayan sido aprobadas con el apoyo de Bildu, como porque
son leyes que no son de su agrado. Ese es el tema: derogar todo aquello que ha
sido bueno para la mayoría de la gente y ha afianzado el estado de bienestar,
pero que no gusta al establishment patrio, que ya apoyó en su momento la
creación de un Partido que fuese el Podemos de derechas (palabras pronunciadas
por el presidente del Banco de Sabadell, Josep Oliu, en el Círculo de Empresarios
el 25 de junio de 2014).
Cabe
pensar que Núñez Feijoo se ha venido arriba en sus declaraciones, ahíto de un
poder que ve cada vez más cercano. Por lo que puede estar mintiendo, algo no
ajeno a su talante político y al de su Partido, quedándose al final tanta
derogación en algo de maquillaje. O que realmente su intención es devolver al
país a las cavernas sombrías de la derecha más reaccionaria y conservadora,
algo que puede no estar tan lejano si nos atenemos a los pactos que su Partido
está haciendo con la extrema derecha torera y negacionista.
Si no
es así, salvo que se entiendan las elecciones como un fraude político basado en
el engaño, la mentira y el todo vale, tiene difícil explicación, incluso para
una derecha democrática y honesta, que en caso de llegar al gobierno se vayan a
derogar leyes como la de eutanasia, memoria histórica, ingreso mínimo vital, Ley
Trans, de vivienda y del aborto; eliminación de la penalización de los piquetes
de huelga, derogación del despido por bajas médicas, ley de libertad sexual…,
entre otras.
Escuchado
lo escuchado, la tesitura de los españoles que se han apuntado al anti-sanchismo
como una forma de expresión política y de los negacionistas de izquierdas que
no piensan ir a votar, porque total, para qué, si todos van a lo suyo, no es
otra que elegir dar el visto bueno a la política de mentiras encadenadas o al
retroceso, en muchos ámbitos, en los que la sociedad española ha avanzado en
estos años de gobierno progresista. Eso, sin contar con el abrazo del oso que
Núñez Feijoo se va a dejar dar por la extrema derecha, con los consiguientes
gastos que pagaremos los españoles.
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