La política española tiene una sobrecarga de mezquindad, que
ya ni nos asombra. Todos los límites de las buenas formas y la cortesía han
quedado sepultados por la intransigencia de algunos políticos, afincados ellos
en las cloacas del nacionalismo más rancio y excluyente. Nacionalismo, que a
ambos lados del Ebro, está empeñado en no aflojar la tensión, porque piensan
que así les va mejor.
Hasta la fecha, los senadores por designación territorial,
es decir, los que eligen los parlamentos autónomos, se nombraban por acuerdo
tácito de todos los grupos políticos, votando sin objeciones, al candidato que
proponía cada Partido. Ha sido así desde que existe el Senado. De hecho, Marta
Pascal, coordinadora del PDeCat y Lorena Roldán, de Ciudadanos, han sido las
últimas senadoras elegidas por el Parlamento catalán el año pasado, con una mayoría
de 130 votos.
¿Cuál es el problema ahora, para que unos nacionalistas y
otros pongan tantas pegas a la designación de Miquel Iceta como senador elegido
por el Parlamento catalán, siendo un senador que le corresponde al PSC? No se
me ocurre otra contestación, que el posicionamiento de los nacionalistas catalanes y españoles (PP, Ciudadanos, ERC,
JxCAT) están muy alejados de querer
acabar con la confrontación territorial.
Miquel Iceta es un político activo en la solución dialogada
del conflicto catalán, algo que a unos y a otros no les parece de acomodo con
sus intereses (mientras exista conflicto, tienen razón de ser). Sería un
magnífico presidente del Senado, para impulsar políticas de reconciliación
territorial y para dar un empujón al Senado como cámara territorial. Porque
nadie puede dudar de su capacidad para tejer encuentros y que es, desde la
periferia, uno de los representantes más activos de la unidad de España, desde
el reconocimiento de la diversidad territorial.
Hay otra razón para tanto remilgo: Si en el imaginario
popular se instala la creencia de que el conflicto con Cataluña se puede
encarar desde otra perspectiva distinta a cómo nos han hecho ver durante estos
últimos años el nacionalismo español y catalán, algunos se van a quedar sin
discurso y otros nos vamos a dar cuenta de que nos han estado engañando sin
piedad.
Miquel Iceta, es la mejor propuesta para presidir el Senado.
Un acierto del presidente en funciones Sánchez, y un mensaje para todos esos Capitán Trueno que
habitan España y Cataluña.
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