viernes, 26 de abril de 2019

Elecciones Comunidad Valenciana


Publicado en Levante de Castellón el 26 de abril de 2018


¿Alguien se acuerda de los años de gobierno del Partido Popular en la Comunidad Valenciana? Parece que han pasado cien años de aquellas muestras de lujo y testosterona política. Cayeron en el olvido aquello de que íbamos a ser la California de Europa, los yonkis del dinero, la parafernalia de fuegos artificiales, el caloret, las obras faraónicas mientras haya para gastar, unas acabadas para nada y otras durmiendo en el limbo de la propaganda …; en fin, ese mundo feliz que nos prometían aquellos gobernantes, hoy muchos de ellos en la cárcel o a punto de entrar, que les convirtió en adictos del poder, viviendo en su Olimpo ajeno al del común de los mortales, que diariamente sufrían los desmanes de sus gobernantes, con una sociedad cada vez más empobrecida y angustiada por el recorte de los servicios públicos.
                No nos acordamos porque el tiempo lo borra todo, y estos últimos cuatro años han sido un sedante que ha calmado nuestra ansiedad y cortado la hemorragia de dinero que se deslizaba, entre gin-tonics y agua de Perrier, de las arcas públicas a los bolsillos de una élite dirigente y empresarial que no le hacía ascos a nada.
                ¿No se han preguntado cómo es posible que en esta legislatura que ahora acaba, con el gravísimo déficit de financiación que sigue teniendo la Comunidad, haya habido dinero para muchos más servicios que antes? Quizá deberíamos empezar a plantearnos el motivo de este cambio. Y no me refiero sólo a que el gobierno valenciano actual sea más honesto que los anteriores, pues eso salta a la vista. Estoy hablando de gestión; de una gestión eficiente y dirigida a solventar los problemas de la ciudadanía. Porque eso es lo que ha habido durante esta legislatura en la Comunidad Valenciana, con  muchos defectos, con muchos quiero y no puedo, con promesas incumplidas, pero en general, con un gobierno que ha dirigido toda su actuación al bienestar de la gente.
                No ha habido grandes fastos ni paseos en Ferrari ni propaganda para regalarnos los oídos. Tampoco se ha venido abajo la Comunidad, como vaticinaban los agoreros de la derecha, con aquello de que la izquierda es muy mala gestora. Hemos podido descubrir, que esa leyenda urbana, no es más que eso: un mantra utilizado por quienes piensan que solamente ellos saben gobernar. Lo cierto es que no lo hacen mal, con un pequeño detalle: saben gobernar sólo para ellos y sus amigos.
                A pesar de los errores cometidos y de algunas salidas de tono del nacionalismo, hay que ser justos y decir que el gobierno que surgió del Acuerdo del Botánico ha funcionado bien. Que Ximo Puig ha sido un buen presidente y que deberíamos darle más tiempo para acabar todo lo que ha empezado y en el periodo de cuatro años no ha dado tiempo a terminar. No voy a hacer una lista de todo lo que se ha quedado sin hacer o concluir, para que no parezca que es un reproche, porque creo, que se encontraron la Comunidad en un estado tan calamitoso y corrompido, que poner en marcha una  buena gestión no ha debido ser fácil. Y no digo lo de corrompido como un argumento manido contra la derecha; es que, objetivamente, la Comunidad Valenciana fue tomada al asalto por todos los corruptos del país que pudieron hacerlo.   
                Es necesario que la izquierda siga gobernando los próximos cuatro años; que se sigan haciendo políticas capaces de mejorar la vida de la gente. Pero en la próxima legislatura, ya se acabó la excusa de la herencia recibida. La Comunidad Valenciana tiene graves problemas, que el próximo gobierno tiene que empezar a dar solución, para ello les vamos a votar. Para ello, y para evitar volver al pasado, cuando la derecha campaba a sus anchas por toda la Comunidad, como si fuese su coto privado.  No nos olvidemos  nunca de eso.

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