lunes, 15 de abril de 2019

Todo por la patria


               
Necesitaba Albert Rivera un chute de españolidad, después del fin de semana de gloria de Cayetana Álvarez de Toledo, como mártir de españolismo en tierras hostiles (hostiles para el nacionalismo español, no para a el resto de los españoles). No podía consentir que la bandera del patriotismo quedara en manos del PP y su nueva Agustina de Aragón, frente a las hordas que quieren romper España. Y que mejor que irse a donde sabe que va a tener una buena dosis de rechazo exaltado anti facha español, para compensar la pérdida de posición patriótica y de minutos de televisión. Para ello se ha plantado este fin de semana en Rentería, localidad en la que sabía que la bronca estaba garantizada.
                Siempre ha habido grupos de fanáticos, que se toman la política como si de una religión se tratase, sobre todo en ambientes de jóvenes radicalizados, ya sean nacionalistas, extremistas de derecha e izquierda, ecologistas del fin del  mundo, animalistas, meapilas, taurinos, futboleros, etc. Son muchos los que han sufrido esa intolerancia en su persona. Por ello, rasgarse ahora las vestiduras, sólo tiene como fin azuzar la ruptura de la convivencia en aras de rascar apoyos (en época electoral votos) a cientos de kilómetros, donde justo la unidad de España no se siente amenazada por ningún independentismo decimonónico resurgido en el siglo XXI. Cuando no se tienen más argumentos que la bandera, el himno y la patria, y los que se tienen tratan de ocultarse para que no se sepa lo que realmente esconden detrás de tanto patriotismo, hay que inventarse los problemas, las afrentas, todo lo que toque la emoción estúpida del nacionalismo español, que como todos ustedes saben, ha sido tan beneficioso para este país en los siglos pasados.
                El independentismo periférico y sus mariachis, son un grano de majadería y pocas luces  que le ha salido a la sociedad española, que se debe curar con buena medicina de tolerancia y reposo (cuanto menos salga a la calle, mejor). Sin embargo, los de la foto de Colón; los que querían volver a cantar el himno de la Legión esta Semana Santa; los que  están dispuestos a dinamitar todos los puentes de convivencia entre españoles diferentes, es decir, el nacionalismo español y ultramontano de esa Santísima Trinidad, tres naturalezas en una misma sustancia, en que se ha convertido la derecha española, en la que tanto monta, monta tanto, Rivera como Abascal como Casado, parece que está más interesado en infectarlo que en curarlo, a ver si así consiguen contagiar al resto de España, para su mayor gloria.  Todo por la patria.


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