viernes, 27 de enero de 2023

A las mujeres no se les permite follar

 


Resulta complicado plantear algunos temas que se saltan la valla moralista impuesta por el principio de lo políticamente correcto. Un concepto que esconde el ansia de dominación del poder, ya sea político, religioso o económico. Y el lenguaje es uno de los instrumentos desde donde mayor coacción se puede ejercer sobre lo que no se ajusta al pensamiento oficial.

¿Se han parado a pensar cuál es el papel que el imaginario colectivo de una parte importante de la sociedad otorga a la sexualidad de las mujeres? Puede parecer un poco absurdo plantear esta pregunta en el siglo XXI, donde en apariencia, se vive una gran libertad sexual. Pero mientras en ese imaginario colectivo los hombres follan, y cuanto más lo hagan, más campeones son, las mujeres solo hacen el amor. Y estos son dos conceptos que etiquetan tan severamente la manera en que unos y otras pueden vivir su sexualidad, que acaban actuando como un sutil hilo que teje el papel que la sociedad termina otorgando a hombres y mujeres. Por supuesto, esto es una generalización, que está sujeta a muchas excepciones; afortunadamente, cada vez más.

En el ideario machista, no es lo mismo follar, que hacer el amor. Tras la palabra follar, esconden una manera de ser, de entender la sexualidad como un reto que acaba colmando la masculinidad de muchos hombres. Cuanto más lo hacen, más admirados son. Y además, no sufren el estigma social que supone que una mujer se comporte como una campeona del sexo. Porque, entonces, el juicio de la sociedad solo se dirigirá en una dirección: Si la mujer deja de hacer el amor, algo que tiene mucho que ver con una sexualidad enfocada a la procreación, y empieza a follar, pasa a ser un putón. Como ven el lenguaje puede ser un instrumento de dominación preciso y efectivo.

Guarda mucha relación lo de que las mujeres solo deben hacer el amor, con la idea del aborto que tiene el conservadurismo político y religioso. Porque no nos engañemos. El mensaje de defensa de la vida, al que tanto apelan, es una gran farsa. Si defendieran la vida estarían manifestándose contra las guerras, la pobreza, la miseria, el hambre y la desigualdad que generan esos cuatro jinetes de la apocalipsis. Lo que ellos y ellas señalan con el dedo acusador es el derecho de las mujeres a vivir una sexualidad plena, incluso a follar cuando les dé la gana. Por eso, las posiciones antiabortistas  tienen que ver más con un castigo a la mujer que se ha atrevido a infringir la corrección política y moral de sus ideas machistas, que entre otras consideraciones, no dejan de ser posturas de dominación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Las víctimas del franquismo, una piedra en el zapato de la derecha democratica

  El 21 de mayo de 1940, fueron fusilados por el gobierno de Franco junto al Riu Sec de Castellón, a la entrada del cementerio, el alcalde d...