Cuando
la ministra de Igualdad dijo, en una subida de tono dialéctica muy propia de PODEMOS,
que los jueces en España son machistas, cometió un error, porque las generalizaciones
lanzadas a bombo y platillo en los medios no suelen dar muy buenos resultados a
quien las dice. Por eso, la señora ministra debió decir que “algunos jueces en
España son machistas” y ya nadie, salvo los que se pudieran sentir aludidos,
entenderían sus palabras como un ataque al sacrosanto colectivo de la judicatura española. Incluso podría haber dicho más: algunos jueces son machistas,
clasistas, filofascistas, ultraconservadores y enemigos de cualquier atisbo de
progreso que se dibuje en el horizonte de España; sobre todo si en ese
horizonte intuyen que todos esos privilegios acumulados a lo largo de los siglos
como garantes del orden establecido, se tambalean.
¿Alguien
que no sea parte interesada se cree que en España los jueces son imparciales?
Yo no digo que no los haya, y posiblemente más de lo que pensamos, pero a la
vista de algunas de las últimas sentencias, retorcimiento de los casos más
políticos y controvertidas actuaciones que solo tienen como objetivo bloquear
que la judicatura pierda el poder conservador que tanto interesa a la derecha,
no sería un disparate poner en duda esa imparcialidad. Como dijo Francis Bacon:
“Cuando un juez se aparta de la letra de la Ley, se convierte en legislador”.
¿No les suena esto a lo que parece que está pasando últimamente?
Esa
es la otra cuestión: los intereses entrecruzados entre la derecha y parte de la
judicatura. No en balde llevamos cuatro años con las máximas instancias
judiciales bloqueadas por la derecha y con sobreactuaciones de “algunos jueces”,
que como las lloronas en los entierros, se lamentan mucho por ello, pero son lágrimas
de cocodrilo que tratan de disimular las mercedes recibidas por seguir
aposentados en sus estrados.
A
pesar de que la propaganda de la derecha nos quiere hacer ver que la culpa de determinados
comportamientos no es de sus señorías, sino de las leyes, eliminando de un
plumazo mediático la capacidad de los jueces para interpretar la Ley, lo cierto
es que detrás de las críticas y la avalancha de resoluciones judiciales con una
premura inédita en España, algunos magistrados, perdón parte de ellos, se han
convertido en un ariete con cabeza de macho cabrío, con el fin de derribar al
gobierno actual, que no es del agrado ni de la judicatura ni de la derecha en
su conjunto. Por tanto, señora ministra de Igualdad, la próxima vez afine más
sus afirmaciones, porque sí, algunos jueces, o quizá muchos, son machistas, y
como diría Buzz Lightyear, hasta el infinito y más allá.
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