¡¡¡Vaya,
otra vez se rompe España!!! Por enésima vez, España se rompe y ya no puedo
dejar de imaginármela hecha jirones. Parece que cuando gobierna la derecha la
da brillo y esplendor, por esa capacidad que tiene para esconder la basura
debajo de las alfombras; y que cuando gobierna la izquierda España se guarrea y
aparece desatendida porque a los izquierdistas solo les gusta divertirse y
vivir la vida padre. Y claro, como no tienen servicio doméstico para
adecentarla…
Después
de tantos motivos de ruptura de la patria, no podía faltarles uno nuevo,
agotado el último, aunque este sea recurrente, por el cual nuestro pérfido e
ilegítimo gobierno no va a bajar los impuestos, a los ricos, por su puesto,
sino que piensa subírselos. ¡Si Franco y doña Carmen levantaran la cabeza!
Aunque da igual, si ustedes escarban un poco en esas campañas tan bien
orquestadas por los medios de comunicación de la derecha, es decir, casi todos
los medios, y sus caras visibles de anarrosas, grisos, herreras, ferreras y
losantos, podrían descubrir que detrás de cada ruptura de España hay una
metedura de pata de la derecha, una corrupción que ocultar o un exabrupto de
alguno de sus dirigentes que olvidar.
Veamos
el último: A costa del delito de sedición, toda la derecha se ha tirado en
tromba contra el gobierno acusado a su presidente de ser el infiltrado del
Maligno. No se andan con chiquitas: España, dicen, está al borde del abismo,
regalada por el innombrable a las huestes destructivas del independentismo. No
parece que les siente muy bien, después de haber ocupado la judicatura como
entró el Caballo de Pavía en las Cortes, allá por 1874, regalando cargos,
prebendas y puestos de alto copete, que el gobierno cambie las normas y les
deje, como vulgarmente se dice, compuestos, pero sin novia. ¿No les llama la
atención, que muchas de las veces que se ha roto España han sido cuando el
gobierno de felones actual ha intentado cambiar leyes que sentaban a la derecha
como un guante?
Aunque
a alguno puede que no, realmente, todo esto les importa bien poco. Digo lo de
la bandera, lo del himno (¿dónde está Marta Sánchez y su canto a la España
invertebrada?), las tradiciones que se remontan a Santiago y cierra España, lo
de la unidad de destino en lo universal, y todo lo que suene a una España,
Grande y Libre. Lo que sí les importa, es lo de que les cambien las leyes. Porque
lo que interesa al Partido Popular y sus acólitos es tener el poder para seguir
repartiéndose el país entre ellos y sus amiguetes y pasearse como los amos
absolutos de nuestras vidas.
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