Si nos comportáramos con
responsabilidad, y las administraciones no estuvieran tan preocupadas de salvar
la economía a corto plazo, lo que puede resultar la muerte anunciada a largo
plazo, quizá no estaríamos en esta situación abocada a un nuevo confinamiento,
si seguimos comportándonos, los unos y las otras, como si esto no fuera con nosotros.
Pero lo peor es la necedad de
unos partidos a los que solo les interesa buscar flancos de confrontación para derribar
al gobierno, cuando el país vuelve a estar en la picota con demasiados muertos diarios,
hospitales al borde de la saturación y empresas con la Espada de Damocles de
quiebra sobre su cabeza. ¿Con qué cara vamos a volver a salir a aplaudir a los
sanitarios esta vez?
Una última cosa. ¿No es raro que
se retrase, otra vez, hasta el último minuto el confinamiento de Madrid? Quizá
y digo solo quizá, cuando se apruebe los ricos, que no dependen de fichar en el
trabajo, ya estén instalados en sus segundas residencias, lejos, una vez más,
de los inconvenientes, ¡Jo!, de vivir sin poder ejercer su libertad de ricos.
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