Seguimos culpabilizando a partes iguales al gobierno central y al gobierno madrileño, por lo que pasa en la Comunidad de Madrid. Es la equidistancia de los cobardes, que no significándose con nadie, no ofenden y no creen sentirse perjudicados por ello. Aunque más grave es la equidistancia deliberada, la que tiene por objetivo crear el ánimo en la calle de que todos los políticos son iguales, y si es así, para qué ir a votar. Saben muy bien que el resultado de esto, siempre, es el triunfo de la derecha. Quizá sea eso lo que pretenden los medios y tertulianos con su insistencia equidistante en el reparto de culpas.
Pero no hay equidistancia posible.
Nunca la hay. Si pensamos que Pedro Sánchez es igual que Pablo Casado, vamos
mal. Si pensamos que Joe Biden es igual que Donald Trump, vamos mal. Y al final,
los de abajo, los que no tenemos el poder ni el dinero, acabaremos mal parados.
Madrid no es España, aunque así
traten de hacernos creer los que están gestionando la pandemia con un objetivo
prioritario: cargarse al gobierno central. No hay otra intención. ¿Nos hemos
preguntado por qué el problema que se ha producido en Madrid, no se ha creado
en otras comunidades autónomas? No hay caminos alternativos y todos, salvo el
Madrid de Ayuso, han aceptado, con mejor o menor gana, las normas del ministerio, porque todos saben, que son las avaladas
por los expertos nacionales e internacionales. Y llegan tarde, desgraciadamente,
pero no solo por culpa del gobierno central, alguna responsabilidad tendrán las
Comunidades autónomas en este fracaso, competentes para implementar medidas que
frenara el expansión del virus. Luego volveremos a Madrid.
En un país donde la oposición conservadora
no ha dejado de presionar al gobierno desde el minuto uno de la pandemia, no
porque estuvieran haciéndolo mal, sino porque no lo estaban haciendo ellos, es
decir el PP de Casado/Ayuso, principalmente, es muy difícil tomar medidas. Sobre
todo cuando tienes el martillo de la oposición dispuesto a darte en la cabeza,
hagas lo que hagas, porque siempre estará mal, y lo utilizarán para decir que
está mal, y de paso, negarle la mayor al gobierno en un tema tan delicado. No
han mostrado ninguna empatía con los ciudadanos, salvo para tratar de enfrentarlos
al gobierno central.
¿No estaríamos en una situación menos
grave, en esta segunda oleada de coronavirus, si el PP de Casado y Ayuso y sus
partidos afines, hubieran mostrado lealtad al gobierno central y apoyo a las medidas
sanitarias y económicas, lo que no significa hacer dejación de su derecho a la
crítica constructiva? Probablemente sí, y el estado de alarma, que algunos dicen
no debería haberse suspendido, habría dado más opciones al gobierno, en
cogobernanza con las comunidades, aumentando su margen para la actuación y evitando
la insumisión institucional, como la que está practicando la Comunidad de
Madrid de Ayuso/Casado. Otras comunidades autónomas lo han hecho y les va
mejor. Pero el Partido Popular presionó,
negó y votó en contra de casi todos los estados de alarma sucesivos que el gobierno
central planteaba a las Cortes. Entonces era necesario que, sobre todo Madrid,
en su papel de ariete contra el gobierno central, recuperara sus competencias.
Pero cuando la incapacidad de gestión o la subordinación de la salud a la economía,
hacen que todo haga aguas en la comunidad madrileña, es el gobierno de
Sánchez/Iglesias el que tiene que solucionarlo, acusándolo de inmovilismo. Y para
rizar el rizo, todas las comunidades tienen que aceptar unas medidas impuestas
por Madrid, que luego Casado/Ayuso se niegan aplicar.
Decía antes que Madrid no es España,
por mucho que quieran hacérnoslo creer. Por cierto, no quiero ni pensar la que
estaría montando la derecha conservadora si esta insumisión institucional viniera
de Cataluña; la petición de volver a aplicar el 155 sería poco. ¿Cómo se puede
explicar que todas las comunidades autónomas estén trabajando desde hace
tiempo, con mayor o menor éxito, y con sus discrepancias se hayan puesto a la
tarea de aplicar las medidas del ministerio de sanidad, y la comunidad dirigida
por Ayuso y su benefactor Casado, esté en la rebeldía absoluta? Quizá solo hay una
explicación, y habría que buscarla en la calle Génova de Madrid. Si hay un conflicto
jurídico, es porque Madrid lo ha generado, no otras comunidades autónomas; es el
Madrid de Ayuso el que ha provocado este conflicto. Es posible, que con la intención
de que sea el gobierno central el que decrete el estado de alarma en Madrid, y así
tener munición de grueso calibre para unas cuantas semanas de oposición desleal,
no ya al gobierno, sino a los madrileños y resto de españoles. Casado/Ayuso tiran
la piedra, esconden la mano, y luego acusan de las heridas provocadas a
Sánchez. Esa es su política, única y exclusivamente.
Urge en Madrid un cambio de
gobierno, no porque sea el actual liberal/conservador, ni muy echado hacia la derecha.
Urge, porque está tumbado hacia el vacío, despeñando a muchos madrileños por el
abismo de su incompetencia, en un asunto que provoca enfermedad y muerte, no
solo en los afectados por el coronavirus, también en otras patologías que no pueden
ser atendidas, por la saturación del sistema sanitario madrileño, tan precario
ya de por sí. Pero eso, solo es una responsabilidad de los madrileños, que son los
que tiene que poner fin a esta situación de descaro político, incompetencia gubernamental
y falta de empatía ante el dolor y desconcierto de una población que cada vez
está menos protegida por sus dirigentes. Algo que no pasa en otras comunidades
autónomas, sean del color político que sean.
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