miércoles, 16 de septiembre de 2020

Ayuso pasaba por allí

 


Se queja la presidenta Díaz Ayuso de que durante la pandemia “ha habido ensañamiento con Madrid” porque “cuando ha habido un error, que los ha habido, era de la Comunidad, pero cuando se hablaba de acierto, era de España”. No se da por aludida la señora presidenta en sus propias palabras de que los errores de su Comunidad son imputables a ella y su gobierno, no al de Murcia o Extremadura. A no ser, que no haya cometido ninguno y toda la mala gestión que está habiendo de la pandemia en Madrid sea imputable al gobierno central. En definitiva, ella pasaba por allí y no sabe por qué tiene que comerse ese marrón.

Lo que no es capaz de entender la señora Ayuso es que como presidenta de la Comunidad de Madrid tiene una responsabilidad absoluta en todo aquello que pase en su territorio con las competencias transferidas, entre otras: sanidad, educación y atención a los mayores. Qué casualidad, justo lo que está haciendo aguas en la comunidad madrileña desde que comenzó la pandemia de coronavirus. Quizá debería pensar que si en otras comunidades las cosas no van tan mal es porque están gestionando el problema mejor. Luego la culpa de que Madrid sea nuevamente el centro de los contagios con una sanidad diezmada, no es de Andalucía, Galicia o la Comunidad Valenciana, es solamente de su presidenta y gobierno. Ya no cuela el lloriqueo y acusar de los pecados cometidos al mundo, el demonio y la carne.

Ahora, la culpa de que Madrid sea la ciudad de Europa con más contagiados y camino del colapso hospitalario, ya no es del aeropuerto de Barajas, la tienen los inmigrantes y su forma de vida -qué raro, estaba tardando mucho en sacar a relucir este espantajo-, y por extensión todos los barrios de la periferia trabajadora de Madrid, que es que tienen una manera de vivir incompatible con una buena prevención del coronavirus. No tiene nada que ver la pobreza de muchos de sus habitantes, la mala calidad de sus trabajos precarios, los sueldos de miseria, el cierre y abandono por parte de la Comunidad de los centros de salud, los pisos pequeños donde viven más personas de las deseables…, etc. No, la culpa es de cómo se vive en estos barrios. No como en los de los ricos; esos si que se cuidan bien con casas grandes y espaciosas, ninguna dificultad económica, buenos trabajos, chalet en la sierra y servicio doméstico. Esos barrios son un modelo para la presidenta, no se han contaminado este verano. Veremos si ahora que han vuelto de sus residencias veraniegas, no hay un repunte de los contagios. Pero claro, la culpa la tendrá el servicio: las mucamas, limpiadoras, criadas, etc., que como son inmigrantes con un estilo de vida impropia para la presidenta, acabarán contagiando a los señores, que tanto gustan a la señora Ayuso.

En ese descarte de responsabilidades al que nos tiene acostumbrados, encaja perfectamente una de sus nuevas/viejas propuestas (luego hablan los de su partido y afines de populismo) de bajar los impuestos a los madrileños. A ver, con la sanidad, las residencias de mayores y la educación en precario, a la presidenta madrileña lo único que se le ocurre es bajar impuestos. Pues solo hay dos opciones: o sigue destruyendo los servicios esenciales del estado de bienestar, en beneficio de las empresas privadas (¡Oh, curioso, quiere blindar por ley la enseñanza concertada!), o, como ya ha hecho, le va a exigir el dinero al gobierno central. Es decir, la presidenta de la Comunidad de Madrid y su gobierno pretende que paguemos el resto de los españoles el sostenimiento de los servicios públicos madrileños.  Parecía tonta, pero es muy lista.

 

 

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