A pesar de la machacante insistencia por parte del Partido Popular
de que las cosas sólo se pueden hacer de una manera, porque si no España se
convierte en un país ingobernable. A pesar de la prensa del régimen tratando de
silenciar y/o desvirtuar lo que se está haciendo en ayuntamientos y Comunidades
Autónomas no gobernadas por los populares, hay esperanza. Lo podemos ver estos
días en la Comunidad Valenciana que va saliendo del agujero mal oliente en el
que la hundieron los gobiernos del PP durante las décadas que la gobernó.
Infrafinanciada, con un lastre de casi 5.500 MM de euros que ha dejado la
corrupción de los gobiernos conservadores anteriores y un desprestigio en el
resto del país que nos avergonzaba a sus habitantes, las cosas se están
haciendo de otra manera y a mejor.
Ya no aparece la CV
como el territorio donde los corruptos campaban a sus anchas, para mayor gloria
del partido que la dirigía y eso ha hecho que la confianza externa mejore y las
inversiones vuelvan a aflorar. No hay dinero, por las razones antes expuestas,
pero se gestiona mejor, por lo que los que vivimos aquí tenemos la sensación de
que alcanza para muchas necesidades antes calificadas de imposible, o
simplemente olvidadas. Pero la guinda está siendo la reversión del modelo
privatizador de la sanidad, que el Partido popular vendió como la única solución
a los problemas de una sanidad pública que ellos se encargaron de arruinar, y
que tantos millones nos ha costado a los valencianos, con la recuperación del
Hospital de Alzira a la red de hospitales públicos de la Comunidad. Una grata
noticia, que nos hace ver que las cosas se pueden hacer de otra forma, menos
lesiva para las arcas comunitarias y más fiables para los usuarios.
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