Publicado en Levante de Castellón el 13 de abril de 2018
Ignoro
si cuando lean este artículo Cristina Cifuentes habrá dimitido ya de su cargo
de presidenta de la Comunidad de Madrid; si no lo ha hecho es que este país
está más enfermo de lo que parece. Pero no quiero hablarles del master fantasma,
ni de la no dimisión, ni de las mentirías no piadosas de la presidente
madrileña, ni de la regeneración del país gracias a Ciudadanos. Me gustaría
comentar los vínculos del Partido Popular, el ultraliberalismo español y la
Universidad Rey Juan Carlos, en adelante URJC, porque las cosas no suceden sin
que haya motivos que las impulsen. Con todos mis respetos hacia el alumnado de
esa universidad y al profesorado que viene padeciendo, desde hace años, una
situación ajena al normal desarrollo académico que debe tener una universidad
independiente del poder político.
La
URJC fue fundada en al año 1996 por
Alberto Ruiz Gallardón, presidente por entonces de la C. de Madrid, con
el único fin de contrarrestar el prestigio que ya tenía la Universidad Carlos
III, como una de las mejores de España, puesta en marcha por iniciativa de
Gregorio Peces- Barba en 1986, año que deja la presidencia de las Cortes, en el
sur de Madrid. El PP necesitaba tener su propia universidad, por lo que se ha
visto después, no como una institución académica pública de nivel, sino para
sus tejemanejes partidarios y como instrumento de divulgación del
ultraliberlismo que defiende.
El
vínculo con el Partido Popular es tan importante que entre éste y la URJC se
establece una cadena de favores, -hoy por ti, mañana por mí-, que excede la
honestidad política y académica de sus dirigentes. No sólo se convierte en una
agencia de empleo para familiares y amigos de dirigentes del Partido Popular:
una prima de Gallardón, una sobrina de Mayor Oreja, una cuñada de Granados y
¡Oh!, la hermana de Cristina Cifuentes. Además de engrosar la nómina de sus
profesores con escuderos del PP, como Francisco Maruenda, a la sazón director
de La Razón y antiguo jefe de gabinete de M. Rajoy en varios ministerios. Pero
su espíritu benefactor filo PP no queda ahí. Por los cursos de verano de la
Fundación URJC han pasado la flor y nata de los dirigentes populares, como
Ignacio González, Jesús Posada, Alfonso
Alonso, etc., etc.
Tanto
apaño empleador tiene su correspondencia. El rector Pedro González-Trevijano (1996-2013),
tras favorecer durante su mandato al entorno ideológico del PP, es nombrado por
M. Rajoy magistrado del Tribunal Constitucional. Hay que pagar los favores. Lo
mismo que ocurre con su sucesor, Fernando Suárez Bilbao (2013-2017), que tras
ser descubierto por haber plagiado a varios profesores para hacer su tesis, se
convierte en protegido del PP, inhibiéndose la Dirección General de
Universidades, dependiente de ministro Íñigo Méndez de Vigo, de intervenir. Cristina
Cifuentes, ya presidenta de la Comunidad madrileña, frena la investigación del
caso. Claro, el rector había dirigido la tesis de su hermana Margarita
Cifuentes y colocado a ésta a dedo como profesora visitante, saltándose todos
los reglamentos, la LOU y los propios
estatutos de la Universidad.
En el año 2015, estando Fernando Suárez como
rector, la universidad concede un curso de master sobre liderazgo y gestión
pública al Instituto Atlántico de Gobierno (IADG), por un coste de 700.000 €.
Hasta aquí todo bien, salvo por el desembolso de dinero público para favorecer
a una entidad privada. Pero hay una sombra: el IADG fue fundado por José María
Aznar y presentado en la propia universidad por el rector Suárez en el año
2014. Casualidades. Aunque la vinculación con el pensamiento ultraliberal no se
circunscribe a estos favores. Van más allá, ligando el ideario de la URJC con
el de la Monte Pelerin Society. ¿Pero quién es esta sociedad?
El
Monte Pelerín Society se funda en 1947 por intelectuales y economistas
destacados miembros del pensamiento ultraliberal, como Milton Friedman, George
Stingler, Karl Popper, etc. Tiene como principios ideológicos la defensa del
mercado como único motor de la economía, el adelgazamiento del Estado al
máximo, y como objetivo la liquidación del estado de bienestar, al que
consideran una amenaza para el libre mercado. Es uno de los think thank de
difusión del pensamiento ultraliberal más importante del mundo. Su vinculación
con España es muy potente, no sólo con miembros del Partido Popular y
Ciudadanos, sino con la Escuela Austriaca, grupo afín al Instituto Juan de
Mariana, buque insignia del liberalismo radical español, con Juan Ramón Gallo a
la cabeza, fundador y director del Instituto; la URJC, a través de Jesús Huerta
de Soto, catedrático de economía política de esta universidad; y el CEU-San
Pablo, de la Asociación Católica de Propagandistas, con Pedro Schwartz,
catedrático de ecónoma del CEU, como máximo exponente. Además de José María
Aznar, Esperanza Aguirre, Mario Vargas llosa, Federico Jiménez Losantos o Pedro
González-Trevijano… en fin, una extensa nómina.
La
afinidad de la URJC con el liberalismo extremo es por tanto muy fuerte y el
Partido Popular no es un actor más de esta unión. Así, a la presentación del
Instituto Juan de Mariana en 2005, que se celebra en la Facultad de Ciencias
Jurídicas y Sociales de la URJC, asiste, además del rector González-Trevijano,
Esperanza Aguirre, por aquellas fechas presidenta de la Comunidad de Madrid. Y
el en año 2008, para solaz del PP madrileño y nacional, el Juan de Mariana y la
URJC firman un informe muy crítico contra la política de energías renovables
del gobierno Zapatero, muy divulgado en EE.UU., algo que no es de extrañar,
teniendo en cuenta, según Greenpeace, que los gastos del informe corrieron a
cargo de la petrolera estadounidense Exxon Mobile. La colaboración perdura
todavía hoy, por ejemplo, con la organización del master Economía de la Escuela
Austriaca, organizado por el profesor Jesús Soto de Huerta en la URJC.
Nada
es al azar en los vínculos del Partido Popular con las instituciones que
defienden en España el ultraliberalismo, URJC incluida. Ni entre los dirigentes
populares ni entre quienes les otorgan masters sin control alguno. Todo tiene
su sentido. Así Enrique Álvarez Conde, director del master fantasma de
Cifuentes, fue Director General del Instituto Nacional de Administración
Pública, nombrado por M. Rajoy, entre 1996 y 1999, antes de obtener la cátedra
en la URJC. Pablo Chico de la Cámara, profesor del master de la susodicha
presidenta madrileña, fue nombrado en 2017, con Cristina Cifuentes ya
presidenta de la Comunidad, Presidente del Tribunal Económico Administrativo de
Pozuelo de Alarcón, municipio emblema del PP madrileño, con los únicos votos de
los populares.
Como
verán, hasta detrás un master universitario se pueden esconder intereses
ideológicos y corruptelas habituales en la derecha española. Todo lo que tocan,
lo contaminan.
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