Segundo día sin salir de casa. El
paciente está estable es decir, ni pa lante, ni pa tras.
El
equipo médico habitual
Albert Rivera se va a Venezuela
para criticar a Podemos; Rajoy no tiene que salir fuera, le vale con TVE y
Antena 3 ;Pedro Sánchez se apunta a cualquier crítica, sea inteligente o necia
que estos hagan a los morados ¿Qué obsesión tienen? Parece ya claro que lo
único que les importa es que Podemos no les impida salvar España de ellos mismos.
Kichi,
el alcalde de Cádiz, ha vuelto a soltar la lengua y se ha puesto en contra a la
policía local. Ignoro cómo estará siendo su gestión en la alcaldía gaditana,
pero si los medios hablan poco, barrunto que no será mala. Pero este chico debería darse cuenta
que ya no está en el bar de la esquina de su barrio tomando cañitas con sus
colegas. Más que nada para que no empañe el trabajo que está haciendo como
alcalde. Algunos de Podemos tienen que plantearse que cambiar la sociedad no es
ir diciendo por ahí bravuconadas políticas.
Con lo de
Kichi están muy agitados en la rede sociales los del PSOE, no es de extrañar se
lo ponen en bandeja. Claro que dura poco la alegría en la casa del pobre y sale
a la luz los tejemanejes de Antonio M. Carmona , concejal del PSOE de Madrid,
con Luis Pineda, el mafioso de Ausbanc,
para cargarse a la concejala “titiritera”, según sus palabras, Celia Mayer. El que
esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Pero para
piedras las que tira Albert Rivera, no sé qué se ha tomado este hombre, pero
está desatado. Venido arriba con el baño de facherío que se está dando en Venezuela,
no nos extrañe que de vuelta a España, se deje caer por Austria.
Y es que no sé qué tiene Venezuela que a todos les tiene abducidos.
No paran de hablar de ella, todos en boca de Podemos, que son los que no dicen
nada. Imagínense la que se abría montado si a Caracas hubiese ido en plena
campaña electoral Pablo Iglesias. No quiero ni pensar lo que dirían los Rivera,
los Inda, los Hernando (ambos dos), los Maluhenda y demás tertulianos, los
medios y el obispo Cañizares. Así que Pablo y demás podemitas, quedaros en casa
y ni se os ocurra ir a Venezuela, ni aunque os inviten a una boda. Creo
que no podríamos soportarlo.
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