lunes, 16 de diciembre de 2024

España huele a podrido.

El único resumen que se me ocurre para despedir el año, es que la sociedad española está podrida, y cada vez, en su podredumbre, huele peor. Y no me refiero a que ustedes y yo estemos pútridos; faltaría más. Es la sensación de que el hedor que emana de las cloacas de unas élites entregadas a emponzoñar el país en defensa de sus privilegios, históricos y recientes, está infectándolo todo, hasta el punto de que mucha gente, quizá demasiada, se está dejando embriagar por este aquelarre de destrucción masiva de la convivencia y el buen sentido común. Así vemos que hay grupos políticos a los que no les importa arrastrar al país hasta convertirlo en un erial de tierra quemada; o que haya jueces, que en su cruzada contra la izquierda, no duden, en nombre de su independencia judicial, inventarse pruebas, imputados, autorizar registros inútiles, asediar a familiares de políticos que no les gustan u ordenar investigar a cualquiera que pase por la calle, con tal de alargar procesos, que si judicialmente acabarán en la basura mal oliente que genera, en muchas ocasiones, la judicatura, cumplirán su función de desprestigio mediático. Incomprensible que después de una de las mayores catástrofes naturales habidas en España, el Partido que más sube en las encuestas sea el único que ha votado contra las ayudas de los damnificados de la DANA valenciana; o que en la Federación Española de Fútbol se haya elegido presidente a un candidato condenado por prevaricación, lo que dice mucho de la catadura moral de los miembros de esa federación deportiva, enfermos de una sepsis generalizada de corrupción. España está podrida, cuando muchos españolitos se han entregado a las mentiras, las noticias falsas, los bulos, la nigromancia política y el odio, como si fuesen verdades que van a solucionar los problemas que tiene el país, sin darse cuenta consciente, que es lo peor, de que los únicos intereses que van a arreglarse si seguimos por ese camino es el de los privilegiados. España huela a podrido y el dedo acusador señala a quienes quieren limpiarla de mierda.

El gran Antonio Machado publicó en 1903, en su libro SOLEDADES, el poema “He andado muchos caminos”, que reza así en algunos de sus versos:

En todas partes he visto
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra.

 Y pedantones al paño
que miran, callan y piensan
que saben, porque no beben
 el vino de las tabernas.

Mala gente que camina
y va apestando la tierra...

               

              

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España huele a podrido.

El único resumen que se me ocurre para despedir el año, es que la sociedad española está podrida, y cada vez, en su podredumbre, huele peor....