miércoles, 8 de enero de 2025

Incierto Perfume de Juan Luis Bedins

El último poemario de Juan Luis Bedins: Incierto Perfume, deja una sensación tan rotunda de que nos encontramos ante uno de los mejores poetas en lengua castellana de los últimos tiempos, que exige, al menos, una segunda lectura, para corroborar, más sosegadamente, que ese regusto no ha sido un espejismo, sino más bien la constatación de una sospecha que ya se venía gestando después de leer sus libros anteriores: Migración del alma (2018), Tánger (2013)… por citar algunos entre los siete poemarios que lleva ya publicados.

No es esta una afirmación producto del delirio de una noche alcohólica: Este tránsito de cervezas/multiplica la noche/en su caudal más puro, que el autor nos ofrece en su poema “Sobre las horas”, sino más bien la rendición ante un poeta que ya no podrá bajar nunca de ese Olimpo poético al que muy pocos consiguen coronar.

Escribe Mario Benedetti: “Porque tú siempre existes dondequiera/pero existes mejor donde te quiero, y Juan Luis Bedins contesta: Piénsame desde tu sueño de luz/ acallado por la noche, una única forma de expresar el deseo del amor, con la belleza de la palabra hecha versos, y los dos poetas satisfaciendo nuestro ansia de poesía. Ansia, deseo, luz que alumbra el alma enamorada, gastada por el tiempo, pujando por renacer a la vida. Una luz que se manifiesta en la palabra como un faro de esperanza a lo largo de todo el libro, porque sin ella la soledad se impone y el alma se pierde por derroteros de autodestrucción, sólo esquivada cuando volvemos al principio de nuestro ser: “Y fue así,/como el pensamiento luz/penetró en las orillas de la tierra/hiriendo de aristas/los párpados del sueño”.

Juan Luis Bedins se desnuda en Incierto Perfume a través de una tríada de conmociones: amor, luz, memoria, que nos recuerdan como seguir viviendo, cómo los sueños impregnados de luz iluminan la vida como un faro al que amarrarse para no caer en el vacío de la nada. Un canto al tiempo que pasa y nos hace envejecer sin dramas, rejuvenecido por el amor, que es el sustento del alma: “Sólo tu voz esponjosa/bate alas de luz en la memoria”“Pero a pesar de todo/siempre hay un tilo de luz/que ilumina nuestra mirada”.

Un pálpito de belleza poética nos enreda de forma sutil entre los versos de Incierto Perfume, donde la vejez es un canto a la vida: “La vida es un amor que no caduca,/una celebración de la belleza”, que sólo se alimenta de la esperanza: “Cada mañana es un nuevo principio,/un aire fresco y fugitivo/que nos abraza”, un amarre al pasado, a la memoria como una tabla de salvación, y sobre todo una luz que brilla en cada uno de nuestros momentos presentes, pasados y futuros: “La luz que se desprende del amor/en el recuerdo y en el presente,/como un sueño hecho realidad”.

Porque en definitiva, la lectura de Incierto Perfume, no es más que esperar a que Deborah Kerr llame a la puerta de un hotel de Niza con una botella de whisky: “entró en la habitación,/besó mis labios/y con una tímida sonrisa/preguntó ¿no me oías?/Hace más de una hora que te llamo./ No contesté. La abracé suavemente/y caminamos despacio hacia la cama”. Un sueño colmado de luz, que resurge de nuestra memoria.     

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Incierto Perfume de Juan Luis Bedins

El último poemario de Juan Luis Bedins: Incierto Perfume , deja una sensación tan rotunda de que nos encontramos ante uno de los mejores poe...