jueves, 24 de diciembre de 2015

"Mañana, si Dios y el diablo quieren" de Julio Cesar Cano

                                  Foto portada libro: OPALWORKS
      
            Julio César Cano, es un escritor que tiene una obra importante. Hace ya casi tres años leí su novela “Hojas de otoño”, Ed. Hiria. 2012, y me pareció una obra fascinante (http://laescrituraesferica.blogspot.com.es/2013/01/hojas-de-otono.html) y ahora, tras una larga sequía, vuelve a publicar una novela policiaca, retomando al inspector Monfort, para ponerse al frente de un nuevo caso que lleva por la calle de la amargura a la policía de Castellón: “Mañana, si Dios y el diablo quieren”, Maeva Ediciones. 2015.
                La nueva novela de JC Cano, que continúa con la saga abierta en el “Asesinato en la plaza de la farola”, vuelve a recorrer la geografía de Castellón y de su ciudad con mano sabia, conocimiento del terreno que pisa y gran maestría a la hora de plantear, desarrollar y resolver el relato. Exposición, nudo y desenlace, en la mejor tradición literaria, que tan magistralmente supo manejar Lope de Vega en sus obras teatrales, en donde los personajes transitan por el hilo narrativo de la obra, siendo quienes le dan contenido, desde el principio al final.
                JC Cano maneja bien esta técnica de la estructura narrativa de la novela y hace de “Mañana, si Dios y el diablo quieren” una lectura que fluye como un río de acontecimientos, bien encauzados, hacia la resolución final, con la habilidad de un maestro que nos va poniendo trampas, hasta el punto, que a lo largo de su lectura vamos cambiando varias veces nuestra idea sobre quién es el asesino. No es fácil sostener este juego de sombras, que hacen al lector redoblar su interés, según van cayendo sus candidatos a posibles culpables.
                Con personajes bien trazados, perfectamente sostenidos por el incasable trabajo del inspector Monfort, los acontecimientos se van sucediendo sin prisa, pero sin pausa, por la geografía castellonense, hasta transformar este territorio, en la imaginería popular, como de ocio y vacaciones, en un lugar más sombrío de lo que las apariencias pudieran hacernos creer. Esta es la magia de la novela: darle la vuelta a la realidad, para enseñarnos ese lado oscuro que todas las sociedades tienen. Y aunque estemos en el terreno de la ficción literaria, nos muestra que las sombras pueden encontrarse en cualquier doblez de la realidad.
                “Mañana, si Dios y el diablo quiere” es, por tanto, una novela de alto voltaje policiaco, muy recomendable, en un género que está más vivo que nunca, y que va a llevar al lector colgado de una cuerda por el abismo de unos acontecimientos que se asoman al lado perverso de la humanidad, como son el crimen y el fanatismo. Impecablemente escrita, lo que hace que su lectura sea aún mucho más atractiva.

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