Escrito por González de la Cuesta
Lo único que se me ocurre decir de la novela “Babas de
Caracol” es que es una gran novela; una obra de madurez literaria de la
escritora valenciana María García-Lliberós, que nos retrotrae a esa gran
literatura de novelas que se construyen en torno a la vida de un personaje,
como puede ser Onofre Bouvila en la “Ciudad de los Prodigios” de Eduardo
Mendoza, o la princesa Selma, maravilloso personaje femenino de la novela “De
parte de la princesa muerta”, de la escritora Kenizé Mourad, entre otros.
Porque “Babas de Caracol” narra la vida de Berta Astomi Ferrán, una mujer de
armas tomar, que transita con su existencia a lo largo del siglo XX, en la que
la autora focaliza las miserias de la alta burguesía valenciana durante casi
cien años de grandes e importantes cambios sociales. Berta Astomi, una muchacha
criada entre los algodones de una familia terrateniente, con grandes
extensiones agrarias cercanas a Valencia, ve cómo su carácter alegre y abierto
de la juventud se va agriando por la ruptura de un amor equivocado, las
presiones de una sociedad muy cerrada sobre sí mismo, y por una familia
opresiva, gobernada por un padre demasiado autoritario, hasta convertirse en un
mujer huidiza del mundo, con una sola obsesión: cumplir una venganza, para que
su nombre quede limpio entre sus descendencia, para la posteridad.
Este es el hilo argumental de
una novela que está perfectamente trazada en sus tempos narrativos, yendo y
viniendo del pasado a la actualidad, con una discreción que, a veces, se hace
imperceptible. No significa esto que no sepamos en qué momento se encuentra la
narración, sino que el fundido que nos traslada de la época pasada a la actual
se hace con suma delicadeza. De tal manera que el otro personaje principal,
Pedro Ribera, afamado escritor sobre el que recae el encargo de Berta de
ajustar cuentas con su pasado a través de la literatura, se mueve con absoluta
libertad entre su vida, en plena reconstrucción emocional, y la de Berta
Astomi, mediante el proceso de escritura de una novela, que acabará liberando a
ambos personajes, Pedro en el presenta y Berta en el pasado, de sus fantasmas.
En síntesis, “Babas de Caracol” es una novela
imprescindible para cualquier amante de la literatura, con unos personajes,
principales y secundarios, muy bien construidos, que retratan perfectamente la
mentalidad de una época, y las grandezas y miserias de los humanos, plagadas de
emociones, odios, amores, virtudes y venganzas, impecablemente escrita y
narrada. Una obra con la que podemos decir, que María García-Lliberós ha
alcanzado la madurez literaria y narrativa. Encontrarse con una novela así, en
una época de tantas banalidades convertidas en libro, es una suerte y una
esperanza, que nos deja entrever que más allá de la mercantilización de la
escritura, se sigue haciendo muy buena literatura.
Encontrarte con una reseña de tu novela como esta, en la que lo primero que aprecias es que el lector, y en este caso crítico, la ha entendido perfectamente, es maravilloso. Gracias. Si, además, ayuda a que otras personas se animen a leerla, mejor. Compartir las emociones que el libro provoca es muy satisfactorio.
ResponderEliminar"Babas de caracol" es una gran novela. Estoy de acuerdo con González de la Cuesta y suscribo esta reseña punto por punto. He leído todas las novelas de María García-Lliberós. Es una autora que me interesa. Me gustó mucho "Equívocos" y "Como ángeles en un burdel", pero "Babas de caracol" todavía me gusta más. El personaje de Berta Astomi es perfecto y la tremenda evolución de su carácter, consecuencia de los acontecimientos que le toca vivir muy creíble. Es una lectura estremecedora y valinte que nadie debería perderse.
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