jueves, 31 de octubre de 2024

La DANA nos ha puesto ante el espejo de nuestra inoperancia

 


Me resulta muy difícil escribir sobre una catástrofe de dimensiones tan grandes como la DANA que ha azotado la provincia de Valencia estos días. De tal magnitud, que los 200 lm2 que han caído hoy en algunas zonas de Castellón, se han quedado en la irrelevancia. Es difícil porque, más allá de la cercanía del territorio, que siempre le hace a uno empatizar más, hablar sin perder la mesura en busca de culpables, se torna en un ejercicio de contención, por esa cultura punitiva que tenemos gran parte de los humanos, que nos obliga a buscar, siempre, a quién cargar con el pecado.

Es evidente que se han cometido errores por parte de algunos dirigentes, pero si tienen que dar cuenta de ellos, ya llegará el momento. Cada cosa tiene su tiempo y ahora lo que toca es trabajar para aliviar la pesadumbre de tantas víctimas, enterrar a los muertos y reconstruir la destrucción material que ha provocado la DANA. No es momento de lanzar dardos por el retraso en el aviso, ni por qué se disolvió la Unidad Valenciana de Emergencias. La vida tiene estas ironías, lo que ayer era una ocurrencia (esto mismo dijeron algunos cuando se creo la UME), hoy habría sido más necesaria que nunca. Tiempo habrá para la crítica y las justificaciones. Pero lo que sí me gustaría que alguien explicara es a qué ha venido a Valencia Núñez Feijoo, porque la sensación que ha dado, no es que haya venido a interesarse por las víctimas, sino más bien para hacerse una foto, dar un mitin contra el gobierno de España (está enfadado porque nadie le avisa) y darse un abrazo, palmadas en la espalda incluidos, con el presidente de la Generalitat, que parecía un abrazo de esos que se dan de compromiso cuando te encuentras un conocido en la calle y no te ha dado tiempo a cruzar a la otra acera. Tanto es así, que se ha visto más empático al presidente Mazón con el Presidente del Gobierno que con el de su Partido.      

Una catástrofe con las dimensiones de esta DANA, que nos puede dar una idea de cómo debió ser el diluvio universal, si es que lo hubo, debería hacernos recapacitar sobre lo insignificantes que somos ante la naturaleza. Pensamos que podemos domeñarla, que podemos doblegarla según nos interesa, y de vez en cuando nos recuerda que somos una especie insignificante para ella. Quizá deberíamos empezar a tomarnos en serio el cambio climático y no tratarlo como a un cuñado molesto, que toda la familia critica. Y cuando digo deberíamos me estoy refiriendo a todos y todas: a los gobiernos, que hablan mucho y dicen poco, y siguen plegados a la industria de los combustibles fósiles; a las instituciones internacionales, que actúan como convidados de piedra en el concierto internacional; a los grupos ecologistas que muchas veces pierden el foco de lo urgente en beneficio de lo importante; a los negacionistas, por ser los grandes imbéciles de la Historia; a los partidos políticos, por estar más pendientes de cómo puede afectarles el cambio climático en las encuestas, que ocupando el papel de verdadero motor que revierta la situación; a los agentes sociales, que en no pocas ocasiones supeditan la lucha contra el cambio climático por razones laborales; y a nosotros mismos, que hacemos tanto caso al cambio climático, como a la posibilidad de vida extraterrestre, es decir, como si no fuera con nosotros.

Las catástrofes naturales lo son por su capacidad de destrucción en bienes y vidas humanas. Si los 600 lm2 que han caído sobre la provincia de Valencia, un territorio muy urbanizado, hubieran caído en medio del océano Atlántico, no habrían tenido ninguna relevancia destructiva. Igual que un terremoto de escala Ritcher 8, en zonas urbanizadas es una desgracia, si se produce en medio del desierto no llegaría, difícilmente, a superar el cero. Es por eso, que la prevención en lo que se refiere a las catástrofes naturales es tan importante. Porque puede salvar muchas vidas y pérdida de bienes materiales, infraestructuras, etc. Creo que con la DANA de Valencia deberíamos empezar a ser conscientes de que el cambio climático es una realidad, que si no la remediamos, va a cambiar nuestra forma de vida radicalmente, en un corto espacio de tiempo, y no sé si estamos preparados para ello, como sociedad y como individuos. Por eso deberíamos exigir a los dirigentes políticos, que se lo tomaran más en serio, no sólo con medidas de gran calado, que son urgentes, sino, también, en un terreno más próximo a nuestra vida.

Con la DANA se está haciendo un esfuerzo enorme por parte de todas las instituciones, pero si ese esfuerzo se hiciera en prevención, poniendo en valor la vida y los bienes de las personas, por encima de los miedos e intereses políticos o económicos, se habría evitado que el diluvio universal caído sobre Valencia y otras zonas de España, se convirtiera en un drama humano difícilmente asimilable.                       

martes, 29 de octubre de 2024

El silencio de quienes ahora hablan demasiado

 


La cacería por el caso Errejón está en marcha; parece que se ha abierto la veda y algunos tratan de rascar donde se pueda, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, a ver si debilitamos al adversario político o se ajustan cuentas. Pero lo cierto, es que ni la derecha pueda dar lecciones de lucha contra le violencia sexual ni la izquierda de la izquierda está exenta de mirar para otro lado. Si no, Podemos, que ahora está agitando el avispero contra Sumar y el PSOE, debería explicar por qué no denunció hace un año el acoso de Errejón a una joven de Castellón, si como parece, tenía conocimiento de ello. Y mientras, las víctimas del acoso sexual que enmana del poder, por miedo a las represalias y el linchamiento mediático, sólo se atreven a denunciar de forma anónima en las redes sociales. Algo con mucha audiencia, pero con poco valor jurídico. Porque si Sumar, Podemos y todos los que sabían lo que estaba sucediendo con Errejón hubieran denunciado o se hubieran puesto a disposición de las víctimas para hacerlo, hoy no estaríamos en esta situación.

viernes, 25 de octubre de 2024

El desconcierto y la cacería

Es complicado descubrir que uno de los referentes de la lucha contra la violencia de género es un impostor, no sé muy bien si de la persona o del personaje; que quien durante diez años ha ocupado un lugar central en la defensa de los derechos de las mujeres, las ha tratado como objetos sin ningún tipo de empatía. Es duro constatar que los Partidos en los que ha militado, desde hace diez años, el hombre a quien muchas madres quisieron tener como yerno, han hecho la vista gorda en nombre de la lógica partidista, dejando crecer en su seno el mal del que ahora tratan de distanciarse desesperadamente. Triste sospechar que, posiblemente, este no sea el único caso que se ha producido o se está produciendo en las esferas de poder, ya sea político, económico, cultural o social, sin que nada ni nadie le preste la atención que se merece. El poder, sobre todo en Madrid o las grandes capitales donde se cuece, es una burbuja en la que se sabe todo y que se retroalimenta así mismo, incluso tapando las vergüenzas más escandalosas.

Ahora todo el mundo gesticula, y como vivimos en un país de cazadores, la cacería ha comenzado, no para aniquilar al culpable, que en eso todo el mundo parece que está de acuerdo, no vaya a ser que alguien quede en evidencia. No. La cacería de los carroñeros se ha puesto en marcha, para ver de donde se puede rascar; para conseguir, como un trofeo pagano, la cabeza del adversario político. Porque, desgraciadamente, el asunto que nos ha dejado descolocados a muchos y muchas, no es lo importante, sino ver de qué manera se puede desgastar al de la otra familia política. De eso va este juego y no de los aspavientos que a derecha e izquierda se hacen. Incluso en algún territorio que tiene gobierno gracias al apoyo de un condenado por violencia de género, apoyo al que no hicieron asco, ahora se colocan en el lado acusador. Favor que se pagó con un premio de igualdad al susodicho maltratador.

Va a ser difícil afrontar este asunto con serenidad, con el feminismo en shock, una parte de la izquierda rota, otra afilando cuchillos y la otra tan desconcertada que no sabe por dónde le van a venir las tortas; y con una derecha echada al monte, dispuesta con todos los medios a su alcance a conseguir el poder, a quien quizá la palabra reflexión les suene a latín, que como todos ustedes saben es una lengua muerta.         

sábado, 19 de octubre de 2024

Con todos los medios a nuestro alcance

 


“Con todos los medios a nuestro alcance”. Esa es la medida de lo que está dispuesto a urdir el Partido Popular para hacerse con el poder, cueste lo que cueste, por lo menos su vicesecretario general Miguel Tellado, el hombre para el que la palabra “escrúpulos” le suena a nombre griego. No estaría de más que leyera a algún filósofo de la antigua Grecia, el que quiera, a ver si se le queda algo, aunque fuera sólo un gramo de moral y ética política, y dejara de hacer el ridículo tan a menudo. Y no sirve de excusa que estuviera hablando en una emisora de radio que se siente gurú de la derecha más rancia y ultramontana y se le calentara la boca; en Miguel Tellado ese tipo de exabruptos políticos son habituales. Para eso lo llevó Núñez Feijoo a Madrid. Qué mejor que un amoral, políticamente hablando, para decir las barbaridades en una ciudad incendiada por el extremismo de algunos políticos.

“Con todos los medios a nuestro alcance”, a uno le hace pensar, no sin preocupación, en qué medios está pensando el portavoz del Grupo Parlamentario del PP en el Congreso. Si ya tiene a una parte de la judicatura haciéndoles el trabajo sucio en los tribunales; a una mayoría de medios y pseudomedios de comunicación, convertidos en fábricas de bulos, al servicio de sus tropelías dialécticas y amoralmente políticas; si han levantado o dejado levantar un Tercio de Flandes en la extrema derecha, para lanzar a los nostálgicos del fascismo, como si fueran un ariete con cabeza de toro contra cualquier gobierno, da igual el actual u otro, que se defina progresista y democrático. Si todo esto son medios al alcance del Partido Popular para derribar al gobierno, eufemismo de para hacerse con el poder, ¿qué les falta? ¿Van a lanzar a la caballería al galope contra las instituciones democráticas que ellos no controlan? ¿Están pensado en otro 23-F, con sus autoridades competentes, para que la derecha reaccionaria, en la que se ha convertido el Partido Popular, dé el salto al poder de su España unida en lo universal? Da un poco de miedo y vergüenza, asistir a este espectáculo, en el que nada importa salvo que los de siempre recuperen el poder. Ya saben lo que dijo José María Aznar: “El que pueda hacer, que haga”. Y se abrió la veda contra el progresismo de este país, sea de izquierdas o de derechas.        

miércoles, 16 de octubre de 2024

Las medias tintas del Gobierno con la vivienda

 


La vivienda va a ser el talón de Aquiles del gobierno si no se toma en serio un problema que ya afecta a una gran mayoría de la juventud. No es un asunto baladí que la juventud, con o sin trabajo, no pueda acceder a una vivienda digna, que le permita organizar su vida con independencia de su familia o de los compañeros de piso. Y el gobierno está actuando con medias tintas, con medidas absurdas, como la del bono, que lo único que va a conseguir es que los alquileres suban más, como ya ha ocurrido otras veces. Por no hablar de la ingenuidad ridícula de la ministra de Vivienda, apelando a los propietarios a que sean buenos y bajen los alquileres.

Ignoro cuál es el miedo que en este país se tiene al mercado, que incluso un gobierno progresista de izquierdas no se atreve a meterle mano, sabiendo que sólo hay una forma de acabar con el problema. Una única forma, muy lejos de la tibieza con que encara el asunto, a saber, la intervención del mercado de la vivienda. No estoy proclamando que España se convierta en una república bolivariana marxista comunista. No. Mismamente los precios iniciales de los alquileres y sus posteriores incrementos, están regulados en Dinamarca, Países Bajos, Austria, Luxemburgo Suecia y Alemania.

Un gobierno está para gobernar cuando es necesario atajar un grave problema, ya sea económico, social o sanitario, y no para echar balones fuera con regulaciones que dependen su aplicación de otras instituciones. Porque quien no puede acceder a una vivienda digna, al que va a mirar es al gobierno central, y al que le va a pasar factura es al gobierno central.

Pero más allá de las consecuencias electorales por su mala política en vivienda, está el incumplimiento de la Constitución, que en su artículo 47, dice: “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos”.

Vaya, a gobierno y oposición, enzarzados a diario sobre quién es más defensor de la Constitución, se les olvida la aplicación de un derecho constitucional, que no da margen a la interpretación y afecta a la gran mayoría de los habitantes de España.       

 

viernes, 11 de octubre de 2024

El emérito Borbón es lo que parece y nada más.

 


Ahora resulta, que sin el emérito no tendríamos democracia y no deberíamos confundir el gran servicio que Juan Carlos I ha hecho a España, con sus trapicheos económicos. Ese es el mantra que desde los círculos de la derecha están tratando de colarnos, para que seamos benévolos con su majestad abdicada. 

La democracia no la trajo el rey borbón, ahora emérito borbón, por mucho que nos quieran hacer ver. Si él se apuntó al carro, fue porque no le quedaba más remedio, tanto por una exigencia exterior, que con la muerte del dictador Franco daba por amortizada la dictadura en España, como por exigencia interior, con una sociedad que ya había hecho la transición en su imaginario colectivo, harta de franquismo y anhelante de democracia. Una sociedad que se lanzó a la calle a exigir, un día sí y otro también, la vuelta de la democracia, rota tras el triunfo del fascismo de Santa Cruzada, que acabó con la República y las ansias de libertad de la sociedad española.  

Que sea un mujeriego machista (“¡¡rubia, ponme un gin-tónic!! gritaba en Castellón hace unos años en su visita a la edición de la regata Costa de Azahar, ahíto de poder intocable y grados etílicos), y un pichafloja, nos da igual, de estos hay muchos, desgraciadamente. Pero que lo haya sido utilizando los resortes que le daba su real corona, sin medida, eso es harina de otro costal. Pero incluso, esto sería un delito, que podríamos calificar de menor. Lo grave, lo que se trata de ocultar es que el borbón Juan Carlos I, es, ha sido y será un corrupto mangante de marca mayor. Un sinvergüenza, que escudándose en su halo de hacedor de democracias, ha robado todo lo que ha podido, con el beneplácito del Estado y la culpabilidad de muchos dirigentes políticos y medios de comunicación. Un monarca tan liberal, que es amigo de todos los dictadores árabes y cristianos repartidos por el orbe, siempre donde haya dinero que poder rapiñar. El borbón que llegó al poder con una mano delante y otra detrás y ahora atesora, según la revista Forbes, una fortuna de 2.000 millones de euros. ¿Gracias a su abnegado trabajo por amor a España?

Lo del golpe de Tejero y compañía lo dejaremos para otra ocasión, porque aquí la sospecha, alimentada por la oscuridad de no desclasificar los papeles de 23-F, es tan grande que ya se está convirtiendo en un clamor.     

Malos tiempos para la lírica

  Malos tiempos para la lírica”,  es una canción de Golpes Bajos de los años ochenta del siglo pasado y un poema que Bertolt Brech escribió ...