Hace
unas semanas planteaba una pregunta que no ha obtenido respuesta todavía: ¿Cuál
fue el papel de Alberto Núñez Feijoo la tarde del 29 de noviembre, cuando la
provincia de Valencia, literalmente, se ahogaba? Que Carlos Mazón, estuvo
ausente vaya usted a saber dónde, con quién y en qué estado, ya lo sabemos y la
falta de una explicación honesta, nos hace pensar en las teorías más
peregrinas. Pero es que el personaje es tan grotesco, que cualquier cosa es
posible que estuviera haciendo.
En este revoltijo que el Partido
Popular está tratando de montar, enredando por donde sea necesario para que no
parezca lo que todo el mundo tenemos claro que es: que Carlos Mazón y su
gobierno cometieron uno de los despropósitos más grandes que puede hacer un
político, dejando morir a decenas de personas por su inacción, saltan muchas
dudas, acerca de la actitud del PP nacional , con referencia al papel de Carlos
Mazón y de Núñez Feijoo. Porque nadie se puede creer, que ante tamaña
catástrofe, cuando se estaba produciendo, el líder del Partido Popular Núñez
Feijoo, no estuviera informado; él mismo lo ha reconocido en alguna ocasión,
aunque después se ha tratado de echar una densa capa de humo sobre este asunto,
no vaya a ser que…
Más allá de que Carlos Mazón
deba dimitir por su negligencia y su incapacidad para gestionar nada, tan
grande, que casi nadie confía en él como persona capaz de hacer nada por los
valencianos, mientras rema a contracorriente para salvarse asimismo, Alberto
Núñez Feijoo todavía no aclarado su papel en este desastre. Porque no podemos
creer, que en un partido tan jerarquizado como es el PP, en la tarde más aciaga
de los valencianos en muchas décadas, Feijoo y Mazón no estuvieran en contacto,
si es que el estado del president lo permitía. Y si no fuese así, por qué no
tomaron el mando desde Génova para limitar, lo más posible, los daños humanos.
En una situación, que además
está suponiendo un problema para el PP valenciano y, posiblemente, para el PP
nacional y su desmedida ansia por gobernar, cabe preguntarse por qué Núñez
Feijoo se ha puesto de perfil y no ha tratado de poner orden, buscando una
solución para su Partido, que a todas luces, está sufriendo un importante
desprestigio entre la ciudadanía valenciana. O es que la soberbia imbécil y
dañina para el país, de la que hace gala desde que llegó a Madrid, está tan
inflada que no le deja abrir los ojos, o es que tiene algo que ocultar, que no
quiere que se sepa, y quizá el único que puede revelarla sea Carlos Mazón, por
lo que tiene un pacto de silencio a cambio de mantener el cargo al president,
mientras se pueda.
Es difícil conjeturar sin caer
en la paranoia conspiranoica, que nubla las entendederas. Pero en este caso, si
Núñez Feijoo no provoca que Carlos Mazón salga inmediatamente de la presidencia
del Consell valenciano, y da argumentos sólidos de por qué lo hace y su papel
el 29 de noviembre, no dejará de ser cómplice de lo sucedido, aunque se aferre
a echar las culpas a quien a él más le conviene electoralmente. Porque,
incluso, hasta su rápida gira por Albacete y Valencia, culpando, con los datos
habituales que él lo hace, es decir, ninguno veraz, al gobierno central y su
presidente, dan para sospechar que no pudiera haber pensado que la DANA era un
buen motivo para avanzar en su carrera hacia la Moncloa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario