La derecha tardofranquista se rasga las
vestiduras ante el plan de regeneración democrática que va a presentar el
gobierno al Congreso. La democracia está en peligro -dicen- por culpa del
aprendiz de dictador de Sánchez. No se han preocupado por el torrente de
noticias falsas o inventadas que desde hace años circulan entre los medios
afines a ella. Ni por las anarrosas, grisos, vicentesvallés, ikersjiménez,
ferreras, anaspastor, indas, losantos y pseudoperiodistas que manejan
presupuestos desmedidos para desinformar en televisiones, radios y medios
digitales y alguno escrito, pagados por las instituciones que gobiernan (en
este apartado la distinción especial es para Isabel Díaz Ayuso). Todo para
ellos es normal, siempre que se ajuste a sus intereses políticos. Pero ahora,
cuando se trata de poner coto a tanto despropósito informativo y tanto alumno
aventajado de J. Goebbels, se echan las manos a la cabeza. ¿Porque la democracia
está en peligro? No. Más bien porque se les puede acabar el chollo millonario
de desinformar, mentir y denigrar, tan útil, según parece, para sus intereses
electorales, en ese trinomio que forman la judicatura, los medios de
comunicación y el Partido Popular/Vox, que está poniendo en solfa algunos de
los principios básicos de una democracia como son el respeto, la tolerancia y
la educación cívica.
Si no nos dejamos influir por el atropello
informativo al que nos están sometiendo a todas horas sus medios afines, no con
la intención de informar, sino, más bien, para destruir al adversario político;
ni por el lawfare de una judicatura rendida a la causa ultraconservadora; ni
por la mala educación apoyada en un discurso fundamentado en falsedades, que
distingue a diario a muchos dirigentes del Partido Popular/Vox, veremos que lo
que está sucediendo en España es un ataque frontal a la democracia, desde el
burladero mediático y judicial de una derecha echada el monte.
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