lunes, 10 de julio de 2023

¡¡Qué te vote Txapote!!

 


¡Qué te vote Txapote! ¿Es esto todo lo que tiene que decir la derecha de cara a las elecciones del 23-J? ¿Este es el cambio que promete Núñez Feijoo si gana las elecciones? No parece que tenga mucho contenido político el lema, pero sí resume, muy bien, la campaña que el PP lleva meses protagonizando contra el presidente del gobierno, cargada de epítetos y ninguno bueno: traidor, felón, mentiroso compulsivo, ridículo, irresponsable, incapaz, ególatra, chovinista del poder, escarnio de España, incompetente, okupa, capo de la mafia, déspota, adanista…, solo por poner algunos ejemplos, a los que habrá que añadir lo que se les ocurra de aquí a las elecciones. Una campaña que da sus frutos, gracias a unos medios de comunicación persistentes, aglutinando todos esos descalificativos, en ese sentimiento que recorre España de antisanchismo, resumido, ahora, en ¡Qué te vote Txapote!

El Partido Popular insiste en mantener la ficción de que ETA todavía existe -incluso por encima del criterio y el enojo de las víctimas del terrorismo etarra, hartas de ser el ariete de la derecha contra el gobierno-, porque tienen que crear discurso que les permita alejarse de los logros del gobierno progresista y, de paso, no explicar qué piensan hacer ellos, realmente, si ganan las elecciones. Por eso, no tienen empacho de sacar del olvido a un asesino, paseando su nombre por toda España. A todo esto, Txapote debe estar bailando un aurresku en agradecimiento al Partido Popular, por volver a ponerle en el pico de la actualidad.

Aunque, realmente, a Núñez Feijoo, Díaz Ayuso y todo el organigrama político del PP, Txapote les importa bien poco, salvo para hacernos creer que el gobierno de Pedro Sánchez ha sido esclavo de los intereses del independentismo vasco a través de Bildu. Como si Pedro Sánchez hubiese firmado un pacto de gobernabilidad con la izquierda abertzale, y no acuerdos puntuales a leyes que han sido beneficiosas para la inmensa mayoría de los españoles. No ha habido pacto de gobierno, como sí tiene el Partido Popular con la extrema derecha, a la que está permitiendo entrar en gobiernos municipales y autonómicos; pactos que están rompiendo la convivencia democrática y el retroceso en muchos aspectos que sí, a pesar de lo que muchos de los apuntados al antisanchismo crean, va a afectar directamente a nuestras vidas.

No sé si fue una traición a España las 57 veces que PP y Bildu votaron conjuntamente en el Parlamento Vasco entre 2016 y 2019; o que ambas formaciones negaran su voto a la Ley de Reforma Laboral en el Congreso de España; o los acuerdos del PP con Bildu para que Javier Maroto fuera alcalde de Vitoria; o que concejales del PP brindaran en 2011 con correligionarios de la recién constituida Bildu en el Ayuntamiento de San Sebastián. Nada de eso importa, porque significa normalización democrática entre partidos que aceptan las reglas del juego. Pero ahora no son ellos los que pactan, acuerdan o brindan, es el gobierno progresista de Pedro Sánchez, y contra el sanchismo, todo vale.

¿Y los que vamos a votar a los partidos progresistas, somos también Txapote? ¿Estamos alineados con el terrorismo de ETA, de una ETA que hace 12 años que ya dejó de existir? Si votar progreso social, igualdad, derechos y extensión del estado de bienestar, es votar Txapote, tenemos un problema en este país: que vamos a ser muchos millones de txapotes, lo que al criminal de ETA y sus amigos, les puede mandar un mensaje equivocado y piensen que, al final, ellos y sus crímenes estaban en posesión de la verdad.

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