Jaime
Millás es un periodista de raza, de aquellos que hacen de la información un
esfuerzo de documentación y de la crónica un alarde literario. Lo pudimos ver,
los que le hemos leído ya tarde, en su magnífico libro “Crónicas de la
Transición valenciana 1972-1985”, en donde recopila parte de sus artículos en
la prensa del momento, ofreciéndonos una radiografía única de la Transición en
la Comunidad Valenciana. La manera que tiene de entender el periodismo se puede
resumir en la siguiente aseveración: “Una
de las reglas de oro del buen periodismo, al menos hasta hace bien poco, es que
los periodistas no debemos mostrar nunca el yo narrativo en nuestras informaciones, porque nuestras
opiniones no interesan. Somos meros transmisores y difusores de la actualidad
informativa. Somos el mensajero, no el inductor del mensaje”.
Estas
palabras, que son de la introducción que él mismo hace en su libro “Escenas de
un burgués en la Valencia del Ochocientos” (Editorial Sargantana 2017), son una
declaración de honestidad profesional y personal. Y desde esa honestidad encara
en éste, su último libro, la biografía del poeta y dramaturgo escritor de
sainetes valenciano, Manuel Millás. Un esfuerzo, el de poner distancia sobre el
personaje biografiado, enorme, teniendo en cuenta que era su bisabuelo. La
buena noticia es que Jaime Millás lo consigue y no se deja llevar por el
sentimentalismo familiar, sino que realiza en ejercicio de investigación
encomiable. Da carta de naturaleza a las palabras escritas por Justo Serna en
el prólogo de la obra: “No es cierto que
los historiadores deban escribir sin compromisos previos. Deben investigar con
rigor… sabiéndose comprometidos”.
El
rigor investigativo no tiene que estar reñido con el compromiso y las querencias
personales. Millás, siendo consciente de
ello, se pone el traje de historiador, no en vano es licenciado en Historia y
Geografía por la Universidad de Valencia, aplicando el tesón y el bisturí del
buen periodista a la hora de diseccionar toda la documentación que ha tenido
que manejar para escribir esta obra dedicada a su bisabuelo Manuel Millás
Casanoves, un funcionario que fue escalando puestos en el escalafón de la
Diputación de Valencia, viticultor en su tiempo libre, buen padre de familia y
burgués acomodado, que en la Valencia de la Restauración, se convirtió en un magnífico escritor de sainetes en
valenciano y excelso poeta romántico en castellano.
Pero
“Escenas de un burgués en la Valencia del Ochocientos” es algo más que la
biografía de Manuel Millás. Hay en el libro un trabajo paralelo, enfocado con talente crítico –la Historia, para que no se
convierta en hagiografía del poder, sólo se puede entender como un ejercicio
crítico de los acontecimientos-. Jaime Millás, conforme va desgranado la vida
de su bisabuelo, nos hace participes de
la vida cultural y social del momento en Valencia; de cómo se pasó del Sexenio
Revolucionario a la Restauración y vuelta al poder de las élites anteriores a
1868. Nos cuenta cómo se vivía el teatro en la ciudad: los autores, los actores
y actrices, las salas teatrales, los gustos populares y de las clases más
conservadoras. Crea toda una tramoya cultural, social, incluso política, en la
que no deja de hablarnos como influye todo esto en el desarrollo urbano de Valencia,
entorno a la narración de la vida de Manuel Millás, con una maestría que nos
atrapa. Y lo hace porque no cae en petulancias literarias, con un estilo ameno
y una escritura fluida, que para nada hace que la lectura de este libro, que en
apariencia se pudiera pensar pesado y falto de interés, resulte tediosa.
A
fin de cuentas, Manuel Millás fue un popular escritor de la Restauración, que
distó mucho de tener un pensamiento uniforme. Su vida discurre en paralelo a la
transformación de Valencia, en una época en la que todo estaba cambiando en
España y su bisnieto Jaime Millás ha tenido la certeza de dárnoslo a conocer,
con destreza, amenidad y muy buen criterio historiográfico.
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