Foto: Autor desconocido
Entrevista realizada por González de la Cuesta
José Luis Labad (Madrid 1952)
es un hombre entregado a dos pasiones: el servicio a los demás, a través de su
actividad social con la infancia y la juventud y la literatura, concretamente a
la poesía, donde se mueve como pez en el agua. Poeta machadiano, por el que
siente una profunda admiración, ha sabido plasmar en su poesía un profundo amor
por las mujeres, a las que dedica su trilogía “Gotas de Tinta”, desde una
perspectiva cotidiana, poniéndose en la piel de cómo sienten las mujeres y a
qué problemas se enfrentan en la vida, tanto amorosa, como profesional o
vivencial; consiguiendo que, a través de sus versos, nos identifiquemos con
ellas. Este poeta madrileño ha publicado cinco libros de poesía y se va
consolidando como uno de los poetas más interesantes del panorama actual, como
se ha podido comprobar en la Feria del Libro de Madrid de este año, con un gran
éxito de ventas de su último libro “Palabras bajo la cama”.
Sentados bajo el rumor de las
palabras que bajan de las estanterías de una librería, hicimos esta entrevista
en octubre de 2014.
1.- Eres una persona que ocupas gran parte
de tu tiempo en actividades sociales, incluso eres fundador de una asociación
que se dedica a la educación de tiempo libre para la infancia y la juventud.
Sin embargo, en tu página web te defines como un poeta que deja volar sus
emociones, dando rienda suelta a la pasión en lo que escribes. ¿No existe una
contradicción entre esa entrega racional que exige dedicarse a labores sociales
y una poesía escrita con el corazón?
No, no es ninguna contradicción,
al revés, se complementan. Para trabajar como voluntario en estas asociaciones
sociales sin ánimo de lucro y en barrios con muchas carencias, hace falta ser
creativo, imaginativo e introducir mucha poesía y magia para llegar al corazón
de esos chicos y chicas. Es un trabajo que me apasiona y que desde que tenía
diecisiete años, llevo realizando en esos barrios de la zona sur de Madrid.
2.- Tanto tiempo con los pies puestos en la
calle, tienen que imprimir carácter. ¿En Qué medida ha afectado esto a tu
poesía?
Como bien dices llevo toda mi
vida pisando la calle, esa calle de los necesitados, de los que sufren por un
amor prohibido, de los que los golpes les han marcado no solamente el cuerpo,
sino también el alma, de los que ven que la vida pasa y no pasa por ellos, de
los que les tienes que poner palabras en su boca para que puedan decir algo.
También de aquellos que sonríen, disfrutan y te hacen feliz. Para ello, hay que
tener los pies y la mente puesta en la calle, y sobre todo disfrutar con ello.
Si tu disfrutas, los que están a tu alrededor también. Por eso, compongo una
poesía cercana a la gente, pues no sabría hacerla de otro modo. Todo eso afecta
a mi poesía y a mi forma de ver y de ser en la vida. Mi poesía es como yo:
Sencilla y cercana. Soy un escritor de la calle de un barrio obrero cualquiera.
Soy un poeta de barrio.
3.- Sin embargo, en la trilogía “Gotas de
tinta”, que si no me equivoco son tus tres últimos libros, la mujer, desde el
sentimiento del amor y todo lo que ello conlleva, es la protagonista de los
poemarios. ¿Qué es lo que te conduce a elevar a la mujer a una categoría tan
elevada, que la convierte en el cuerpo central de tu obra?
No es que la mujer ocupe una
categoría más elevada, pero si, una categoría distinta e indudablemente mucho
más perfecta que la nuestra. Lo que también es cierto, es que es el eje central
de mi obra y de mi vida. La mujer es el centro de nuestra existencia, es el eje
principal de lo cotidiano y de lo sublime. Son pura esencia de entrega y dedicación
y por eso, he querido rendir como muchos otros poetas, un homenaje a la mujer
desde distintos puntos de vista. Un homenaje a las mujeres trabajadoras, a las
madres coraje, a las que la violencia de género les atenaza, a las que sienten
el amor mucho más intensamente que un hombre, a las que aman a otra mujer, a
las que pierden la memoria o a las mujeres trabajadoras que se abren paso en un
mundo de obstáculos. Y también de una forma velada, a esos hombres que todavía
ponen sonrisas en los labios de ellas.
4.- Dices en tu web que a veces el miedo
nos atenaza para no escribir poesía. ¿Cuándo has sentido miedo por última vez
delante del papel en blanco?
Me refiero al miedo de esas
personas que al decir que publicas un libro de poesía, hacen un largo ¡Ahhh!, como diciendo: No me gusta la poesía: Si fuera novela
seguro que te la compraría, pero es que me aburren los poemas.
También puede existir el miedo, a
medirse entre los grandes poetas que hemos tenido a nuestro alrededor, (y que
tenemos) y pensar que nuestra poesía nunca podrá ser igual, ni parecida a la
los grandes maestros. Pero para escribir, hay que hacerlo con nuestro propio
corazón y dejarse llevar por esos sentimientos que nos mueven. Hay que poner
nuestro sello en cada verso y en cada poema. Hay que ser humilde y aprender de
todo y de todos.
Y como me comentas, el miedo a
sentarte delante de un papel en blanco y quedarte del mismo color que él, es el
pavor que tenemos todos los escritores y artistas en general, es una sensación
que nos paraliza muchas veces, pero que en realidad, lo que hace, es que nos
esforcemos más en nuestro trabajo. Estoy con dos novelas en este momento y lo
hago de esta forma, para que cuando me siento delante de una y no me llega la
inspiración, pueda ponerme con la otra para ver si me llega, y de verdad que
funciona. También puede pasar que mezcle cosas de una y otra, la solución en
ese caso, es hacer una novela con muchos líos y muchas páginas. Pienso que así
empezó el maestro Ken Follett.
Pero como decía Picasso: “La
inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando”. Y nadie nos
regala las ideas, hay que encontrarlas y trabajarlas hasta la extenuación.
5.- Me tienes que explicar cómo se hace
lo de escribir dos novelas. A mí me parece un trabajo de funambulista. Aunque
escribir una trilogía dedicada a la mujer con la finura que tú lo haces, ¿no es
andar un buen rato por la cuerda floja?
Escribir dos novelas es complicado, pero tiene su razón de ser, como te he
dicho anteriormente. Siempre tiene que existir una principal y otra, que sea
simplemente para cambiar de canal si te aburres o no te salen más ideas ese
día. También para complicar un poco más mi vida, estoy con otros dos poemarios;
Trazos de tiza que es una poesía de
la calle y del día a día cotidiano, en la que intento mezclar muchos temas y
por si me sobra tiempo otra publicación, de romance y poesía satírica, que se
titulará Entre risas, mofas y demás
esperpentos. Así con cuatro obras, tengo más posibilidad de encontrar más
salidas para escribir.
También me dices que al escribir este tipo de poesía en la trilogía, puedo
andar por la cuerda floja, pero no es así, la verdad es, que al principio
cuando empecé, me dio un poco de miedo no caer en los tópicos de la poesía de
este tipo, pero según fui avanzando, me encontré mucho más cómodo, más seguro y
más identificado con ella. Han sido tres años de trabajo, observando sus
comportamientos, sus formas de actuar, sus temores o sus dichas, intentado
hacer una poesía con todo el respeto posible y sin que se me tilde de
“pastoso”. Hablar de los sentimientos del maltrato, del amor entre mujeres, de
la muerte de la pareja, de la sensualidad, de la perdida de la memoria o de
cualquier otro tema, donde el eje principal es la mujer, no es andar por la
cuerda floja, es caminar firme y seguro por las aceras de las emociones.
6.- Precisamente te lo preguntaba por
eso. Por la posibilidad de caer en un poemario pastoso y cursi o, por el
contrario, dejarte llevar por una empatía excesivamente feminista que
convirtiera la trilogía en un panfleto. Sin embargo creo que no es así, que has
acertado en la sencillez y cotidianeidad de los problemas de la mujer y de la
pasión. En el prólogo de “Palabras bajo tu cama”, Julia de Castro Álvarez, lo
explicita claramente: “A lo largo de
estos tres libros se intuye que no se ha dejado nada en el cajón… todo lo ha
vertido sobre el papel tan crudamente, que a nadie pude dejar indiferente,
porque sus poemas son como la vida: reales”. Da la sensación de que te has
vaciado al escribir esta trilogía.
He intentado
no caer en esos términos y hacer una poesía, en donde la mujer, se pueda ver
reflejada y el hombre, pueda mirarla de una forma distinta y mucho más cercana.
Como bien
dice la escritora y prologuista de este último libro Julia de Castro, he
pretendido no dejarme nada en el cajón y escribir crudamente esos momentos, de
esas mujeres tan distintas, pero a la vez tan parecidas que nos rodean todos
los días. Julia me conoce bien y retrata mis sentimientos tal como son y dice:
“Escribe lo que siente y lo que vive”,
y eso, es cierto, hay que vivir plenamente lo que se siente al escribir y sobre
todo en la poesía.
Tendríamos
que pararnos mucho más en observar lo que nos rodea y eso, es lo que he hecho
en esta publicación, observarlas, aprender de su fortaleza y de sus ganas de
luchar ante todas las adversidades que tienen en su camino.
7.- ¿Podríamos decir, entonces, que eres
un poeta de lo cotidiano. En este caso de la cotidianeidad de las mujeres?
Indudablemente que sí. En ésta trilogía, he intentado retratar lo cotidiano
de la figura femenina en casi todas las facetas que me ha sido posible, y
créeme que no ha sido fácil, han sido tres años de trabajo minucioso y
apasionante, donde he aprendido mucho de ellas y con ellas. Ahora el respeto
que tenía por ellas, se ha acrecentado mucho más.
8.- ¿Después
de cinco libros de poemas publicados, y un buen número de lectores, qué te ha
dado la poesía en todos estos años a nivel personal?
Sobre todo, ver la vida de otra forma, fijarme más en lo que tengo a mi
alrededor y valorarlo en su justa medida. Cada detalle me da una pauta para
escribir, cada palabra que oigo en la calle, me produce un vértigo que me
obliga a apuntar ese comentario rápidamente, para al llegar a casa, desarrollar
un poema o simplemente unos cuantos versos.
También me ha dado algo muy importante, nuevos amigos que tienen la misma
inquietud que yo, y ante todo, seguir manteniendo a los viejos amigos, que son
lo más importante de mi vida.
9.- En tu último libro haces un
homenaje a Antonio Machado introduciendo el poema “Soñé que tú me llevabas”, al
principio ¿Qué te identifica con Machado? y sobre todo ¿Qué parte de tu poesía
tiene una herencia machadiana?
El poema que da entrada a esta publicación, es solamente un homenaje a un
hombre grande de nuestra literatura mundial. Con Machado me identifica su amor
a la poesía y su sensibilidad al componer, pero nunca osaría identificar su
poesía con la mía, Machado era, o mejor dicho, es, un maestro para nuestra
poesía. ¿Herencia? creo que ninguna. ¿Admiración? Toda la del mundo.
Machado, Lorca y Hernández son mis poetas predilectos.
Lo que si me causó una satisfacción enorme, al comprobar, que tanto tú,
como yo sentimos gran admiración por él. En tu libro “Nunca seremos los mismos”, le retratas tal y como siempre me le
había imaginado, sencillo, cercano y grande a la vez. Aunque no sea el momento
adecuado y creo que ya te lo he dicho anteriormente, te vuelvo a recordar que
hacía bastante tiempo, que un libro no me cautivaba tanto como éste.
10.- No obstante, aunque la
modestia te honra, yo si he percibido en algunos de tus poemas trazos que
recuerdan a Machado. ¿Con la trilogía Gotas de Tinta acabada y publicada,
podemos saber con más precisión en qué estás trabajando ahora?
Que alguien vea en mis poemas
trazos de Machado me llena de orgullo, aunque mi poesía es incomparable con la
del maestro, y no digo que no se pueda comparar, pero hay cosas en la vida, que
son incomparables y esta, es una de ellas. Machado fue único e irrepetible y
nunca sería capaz de emularle conscientemente. ¡Qué más quisiera estar yo, ni
al cero coma uno por ciento a la altura de sus versos!
Y para contestar a la pregunta de
las faenas literarios que me tienen inmerso en este instante, y como dije
anteriormente, estoy trabajando en dos novelas y en otros dos poemarios. Una de
las novelas es de intriga y acción, y la otra, es una historia de vivencias de
un grupo de personas que no se conocen de nada y que encierran esos secretos
inconfesables, que solo se pueden contar a unos individuos desconocidos, que
nunca volverás a ver en tu vida.
Y para no olvidarme de mi pasión
por la poesía, estoy con otros dos trabajos, el primero es una mezcla de poemas
sociales del día a día, y el otro poemario de poesía satírica, donde intento
mezclar versos divertidos e intrascendentes con los temas cotidianos que nos
rodean.
Y esos son los proyectos
literarios que tengo en marcha.
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