martes, 13 de noviembre de 2012

La caída de los gigantes



La carrera literaria de Ken Follett es un maratón que va ligado a su experiencia vital y a un modo de entender la vida, en la que siempre es posible que los débiles prosperen, en una interminable lucha de clases, que si no va a cambiar el orden social, si supone un avance hacia un mundo mejor y de mayores oportunidades para quienes están excluidos del control del poder. Su obra, por lo menos la que yo he leído, refleja un mundo en permanente tensión entre los poderosos y el resto de la sociedad, ya sea en la Edad Media o en el siglo XX.
En “Los Pilares de la Tierra” (Plaza&Janes 1991) ya se puede percibir esta tensión en el conflicto existente entre la nobleza, la iglesia, los campesinos y una incipiente burguesía urbana que se empieza a organizar como fuerza social. El mismo esquema se reproduce en “En mundo sin fin” (Plaza&Janés 2007), dos novelas con una literatura fácil de leer, bien estructurada y sobre todo que es capaz de cumplir un papel esencial para cualquier novela: entretener durante horas. Simpleza que fue muy criticada por espesos intelectuales de este país, negados para encontrar la belleza en lo simple.
Ahora afronta un proyecto, casi enciclopédico, al proponerse novelar los años más duros y apasionantes que han construido el siglo, e hicieron de Europa el continente más avanzado social y económicamente, pero a la vez el más brutal y genocida de la tierra. Esta trilogía empieza con “La caída de los gigantes” (Plaza&Janés 2010), un monumental volumen de más de 1000 páginas que arranca en Junio 1911 en las zonas mineras de Gales del Sur, el mismo día que Jorge V fue coronado rey de Gran Bretaña, y acaba en noviembre de 1923 en Berlín y Londres, dos ciudades en las que algunos de los protagonistas principales están viviendo de forma muy diferente las secuelas de la Gran Guerra.
En ese ínterin de tiempo ocurren sucesos vitales para los personajes de la novela que se verán condicionados por los acontecimientos que van a marcar el siglo: La Primera Guerra Mundial y la Revolución Soviética. Personajes, que una vez más, tendrán que luchar para poder realizar sus proyectos en un mundo convulso y despiadado, en el que los poderosos no tuvieron empacho de mandar a millones de jóvenes a la muerte, para defender su privilegios, mientras una revolución levantaba las esperanzas de los trabajadores europeos, pero que enseguida creo una nueva casta dirigente, tan déspota y atroz como la que acababa de derrocar.
“La caída de los gigantes” es una novela necesaria para comprender las claves históricas de lo que sucedió esos años, a la vez que nos dejamos llevar por sus páginas sin solución de continuidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

7.291

  Escribía San Agustín, allá por el siglo V: “La soberbia no es grandeza sino hinchazón; parece grande pero no está sano” . Al leer esta cit...