lunes, 21 de abril de 2014

CUARENTAYOCHOAVO ANUNCIO A mi Tía Berta Pizarro Silva


Poema de Rodrigo Verdugo, poeta Chileno, inédito perteneciente a un libro que aparecerá este año, titulado "Anuncio".


El que vuelve desde su propia sangre
Ve las magnitudes resignadas
Ve los jardines que se defienden del placer
Resbala por el costado del animal para llegar hasta a ti
Con el trozo de diamante en las manos
Para dormir contigo, verte invadida,
Tan invadida que al despertar hay un piso de cristal y abajo un gran acuario.
Tú te quedas durmiendo
Él empieza a caminar sobre ese acuario
Irremediablemente vuelve más atrás de la sangre de ambos
Porque cierta vez detrás de esas sangres los relámpagos se decían adiós
Ahora sobre este acuario justamente a eso le haremos justicia.
Levántate con las diez miradas del diamante  
Para resucitar a los peces que murieron anoche.
Levántate pronto con las diez miradas del diamante
Para que sepas cuantos cielos debe cargar un signo aunque no lo parezca
Aunque solo se note en ciertas magnitudes.
Levántate con las diez miradas del diamante y haz justicia
No permitas que lleve un pedazo de diamante
Que te invada cada noche
Al punto que debajo de ambos todo sea un acuario   
Y en el techo todo sea la sombra de ese acuario
La sombra de algo que murió anoche 
Que resbalo por el costado del animal
Sin alcanzar ningún arco.
Los peces muertos resbalan mejor que los peces vivos
Levántate di que sabes cuantos cielos carga un solo signo
Solo quieres los trozos de diamantes que te traigo 
Yo por ti volví desde la sangre de ambos
Traía un pedazo de diamante
Y al resbalar por el costado del animal
Me enterré un pedazo de diamante   
Quedé colgado de ese pedazo
Abajo en el acuario se comenzaba a hacer justicia 
Tú te levantabas, con temor a todo lo que pasó detrás de la sangre
Te dolía como lucio ese acuario
El no regresó, quedó colgado, los peces saltaron hasta alcanzarle
Lo soltaron y empezó a resbalar
Tú te levantabas a esperar el trozo de diamante
La blancura no puede hacer justicia con el costado del animal
Si arrasar rápidamente con todo lo reflejado en el techo
Los relámpagos se decían adiós y el seguía resbalando.

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