De José Manuel González de la Cuesta
Lo primero que
se tiene que preguntar uno de una novela que va comentar, es si merece la pena
leerla. Si no es así, mejor que nos olvidemos de ella, para ahorrarnos “grandes
obras de la literatura” que resultan insufribles de leer para la mayoría de los
mortales. Si, por el contrario, creemos que la novela va a agradar con su
lectura, entonces hay que recomendarla, y todo lo demás serán artificios
literarios, con mayor o menor acierto, que tratarán de convencernos para que
vayamos a la librería y compremos un ejemplar. Como la novela de Basilio
Trilles: “Tiempo de Valientes” es una obra recomendable, vamos a hacer un poco
de fuegos artificiales, para que usted la lea.
En
un país donde las envidias están a la orden del día, resulta difícil poder leer
obras en las que se nos relata la vida, o parte de ella, de un escritor,
contada por otro escritor. Porque esto es lo que hace Basilio Trilles, novelar
lo que no deja de tener un aliciente añadido, un momento intenso de la vida de
uno de los escritores más grandes que ha dado este país, y también de los más
olvidados.
En
Tiempo de Valientes, Trilles nos
relata la pasión con la que Blasco Ibáñez vive la Primera Guerra Mundial,
residiendo en París, desde su posición de escritor altamente reconocido por la
inteligencia política y cultural de nuestro país vecino, a la limón de otra
gran pasión, en este caso amorosa, con la única mujer que fue capaz de someter
su indómito carácter: Elena Ortuzar, una mujer briosa, elegante y
aristocrática, chilena de cuna, que pasó de amante a segunda esposa de Blasco
Ibáñez tras la muerte de su primera mujer: Miriam Blasco en 1925. Dos pasiones
que nos descubren al escritor beligerante con la Alemania del káiser Guillermo
II y sus deseos de colocar al Reich en el Olimpo de las potencias mundiales, y
al hombre capaz de amar sin concesiones previas. Estos son dos niveles del
relato que transversalmente atraviesan toda la novela, dando consistencia a los
personajes, pero hay más.
El
acierto de Basilio Trilles reside en crear una atmósfera, casi de novela
policiaca, en torno a la obsesión de los servicios secretos del káiser por
liquidar al escritor y a la cuestión de estado que acaba siendo su protección
en Francia, a la vez que nos descubre la figura de Blasco Ibáñez, y relata la
génesis de su gran novela “Los cuatro jinetes de la Apocalipsis”. Lo que nos
ofrece otro nivel de lectura bastante interesante.
Volviendo
a la pregunta del principio. Sí merece la pena sumergirse en esta bien
construida novela y dejarse llevar por una escritura de fácil lectura, que no
sólo nos va a entretener, si no también a enseñar.
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